LA PATRIA | Manizales
¿Desconectaría usted a un familiar que lleve varios días en coma o esperaría hasta que despertara? La familia de Carlos Mario Aponte Osorio, de 27 años, optó por la primera opción y el pasado martes fueron sus exequias.
La historia del agricultor, quien vivía con su madre y una hermana, comenzó el pasado 30 de agosto. Ese día el campero de servicio público en el que se movilizaba con destino a Buena Vista, Chinchiná, se accidentó en el sector de la Esmeralda, a solo cinco minutos del municipio cafetero.
Por el impacto, el joven cayó del vehículo y se golpeó la cabeza. Un familiar relató que en el Hospital San Marcos lo valorizaron y le dieron salida porque, al parecer, lo encontraron estable y bien de salud.
Sin embargo, dos días después se quejó de un fuerte dolor de cabeza, por lo que fue internado en el centro asistencial, pero los médicos al notar que no presentaba mejoría, lo remitieron a Pereira.
Agregaron que su estado de salud empeoró con el paso de los días y “entró en estado de coma, con muerte cerebral”. Por consiguiente, luego de permanecer cinco días internado sin presentar ninguna mejoría, su familia autorizó, el pasado lunes, que lo desconectaran.
Otro caso
A William de Jesús Patiño Marín, de 72 años, lo arrolló una moto el pasado jueves, en la carrera 4 entre calles 9 y 10, sector La Pista, de Chinchiná. murió el pasado domingo en un hospital de Armenia. Allí fue remitido debido a la gravedad de su estado.
Según información de la comunidad, Patiño Marín vivía solo en el inquilinato San Vicente, a las 6:00 de la tarde salió a buscar algo para comer y cuando pretendía cruzar la calle, lo atropelló una motocicleta. El conductor huyó.
La emergencia la atendió Bomberos y trasladó al herido al Hospital San Marcos. Según el dictamen médico, Patiño Marín presentaba trauma craneoencefálico severo y laceraciones en diferentes partes del cuerpo. Horas después, fue remitido a la Clínica del Café en Armenia, pero después de tres días de lucha, falleció.
Jhon Fredy Tobar, vecino de Patiño Marín, lo recuerda como una persona alegre, responsable y trabajadora. "Se dedicaba a la venta de dulces en un puesto ambulante y fue mensajero en una maderera. Hace dos años vivía en el lugar para los abuelos", expresó. Agregó que tenía un hijo que vive Manizales.
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