LA PATRIA | MANIZALES
La propuesta que el pasado sábado lanzó el presidente, Iván Duque, sobre firmar un decreto para que por intermedio del Código de Policía los uniformados puedan confiscar cualquier dosis de droga y alucinógenos en las calles generó voces a favor y en contra.
De paso, el mandatario anunció que se les brindará atención integral a los consumidores, pero a la vez perseguirán a los expendedores.
"Tenemos que ser firmes para que no haya jíbaros en las calles, para que no tengamos la droga cerca de los colegios. No se trata de criminalizar, sino de quitar las dosis de las calles para que esa tentación no amenace a nuestras familias", manifestó.
Esto dijeron en Manizales:
*"La prohibición ha desencadenado guerras y violencias. Esto mismo ha sido un factor determinante para que los estupefacientes tengan altos precios en el mercado negro y cuyos márgenes, sin ser tan enormes, han permitido a los empresarios de las drogas ilícitas corromper a funcionarios del Estado y de empresas privadas.
La droga no es el crimen, sino las leyes que la prohíben. Legalizar las drogas ilícitas es el camino acertado para superar el flagelo. Los humanos las usan para fines que ellos mismos deciden, si son buenos o malos, correctos o incorrectos. La guerra ha sido un fracaso respecto al consumo, pero un éxito para favorecer la corrupción".
Jorge Ronderos Valderrama, quien hizo parte de la Maestría en cultura y drogas de la Universidad de Caldas.
*"Es una propuesta válida e importante. En el Código de Policía se habla de decomisar esas dosis (Artículo 159). Hay choque de trenes entre Consejo de Estado y la Corte, donde una dice que está permitida la dosis, y otra confirma que es permitida, pero no en espacios públicos y sin violentar la dignidad de las demás personas que no hacen parte de la drogadicción. El decreto permitirá educar y promover políticas públicas".
Carlos Alberto Piedrahíta, secretario de Gobierno de Caldas
*"El problema del microtráfico no solo está articulado al consumo o al transporte de pequeñas cantidades. Hay un problema estructural en aumento del consumo en el país. Manizales, entre ciudades intermedias, sostiene niveles altos de consumo de diferentes tipos de droga. Eso ha venido creciendo, asociado al narcotráfico. Decomisar una dosis mínima no afecta. El problema va desde las cadenas de producción y distribución. El narcomenudeo, si bien es parte del proceso, no es lo esencial. No se trata de cómo atacarlo cuando llega a las calles, sino desde la raíz, generar oportunidades de sustitución. Estas medidas terminan siendo muy policivas y afectan a expendedores, pero además al consumidor que no está anclado al narcotráfico y al que tiene derecho a su dosis mínima. Puede ser una medida muy revertible. También se debe mirar lo cultural. No solo cohibir el consumo, sino mirar otras alternativas, pues muchos consumen por falta de proyectos de vida. Encuentran en la droga un mecanismo de aislamiento de la realidad. Ven la droga como una alternativa. Más allá de satanizar el consumo es reconocer quién lo hace, por qué lo hace y cómo tratar el fenómeno".
Óscar Martínez Herrera, coordinador Observatorio de Violencia y Paz de Manizales.
La Corte Suprema de Justicia determinó en marzo del 2016 que la dosis mínima de droga es la que el consumidor necesite, por tanto, los que sean encontrados con una dosis mayor a la que se establece por ley (20 gramos de marihuana y 5 gramos de cocaína), si es para su propio consumo, no podrán ser encarcelados.
En 1994, la Corte Constitucional vinculó el consumo de la dosis mínima a la libertad propia del ciudadano, entendiendo que el adicto es un enfermo y no un delincuente.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015