Diego Armando Díaz Cardona.
A Diego Armando Díaz Cardona, de 27 años, lo vieron con vida la última vez el sábado en la Plaza de La Candelaria de Riosucio a las 8:30 de la noche. Dos horas después reportaron su muerte. Al hombre lo asesinaron de dos balazos.
El asombro de la familia y comunidad del municipio del occidente es grande. A Diego Armando lo reconocían por su entrega al trabajo y su espíritu solidario.
No tenía mujer ni hijos, pero las obras de caridad eran su compromiso constante, según relata su hermano Héctor Díaz. Él ni siquiera vivía cerca del cementerio, cerca de donde lo hallaron baleado, sino en el barrio Álamos con los padres.
Todos los indicios apuntan a que a Diego Armando lo sacaron del pueblo y aprovecharon para asesinarlo en un sitio que a esa hora de la noche es solitario.
Díaz Cardona estuvo el sábado en el Bar Emperador, en donde acostumbraba jugar cartas, pero no se quedó mucho tiempo. Luego lo vieron con dos personas en la Plaza de La Candelaria, sus conocidos pensaron que estaba con amigos, pero nadie da razón exacta de con quién se encontraba.
Esa noche él llamó a un familiar, para saludarlo. Posteriormente, según las averiguaciones, lo vieron comprando aguardiente cerca del cementerio y se subió a un taxi.
Lo siguiente que supieron de él es que estaba muerto, a causa de dos disparos en la cabeza, en la vía a la vereda Zipirra.
Según el informe de inspección del cuerpo, CTI Riosucio practicó la diligencia. El cadáver tenía una herida en la región frontal y otra en el pómulo derecho, producidas con arma de fuego de calibre por establecer. Los móviles y agresores están en investigación.
Entre el comercio, la familia y conocidos de Diego Armando, hay conmoción desde el fin de semana. Su hermano Héctor recordó que cada miércoles él no faltaba con un mercado que entregaba en el templo Nuestra Señora de La Candelaria, para las familias pobres.
El fin de semana algunos bares y cafeterías cerraron un rato en señal de respeto y para acompañar a la familia.
Destacan que con frecuencia a él le pedían colaboración para realizar obras sociales. Él lo hacía con gusto, debido a que trabajaba con su padre, como lo hace gran parte de la familia en una fábrica de materiales de construcción que queda en el barrio Hispania.
Lo veían a menudo transportando las entregas de materiales en un motocarro de su propiedad.
Ayer en medio del desconcierto los nueve hermanos, de los cuales siete son medios, le dieron cristiana sepultura, esperando que las autoridades esclarezcan el homicidio.
Las exequias de Diego Armando Díaz Cardona las realizaron en el templo Nuestra Señora de La Candelaria de Riosucio, ayer a las 4:00 de la tarde.
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