Le pegaron tres disparos y logró escapar de la muerte

LA PATRIA | MANIZALES

Su sueño era ser policía, su esposa lo impulsó a que a sus 24 años terminara el colegio y su hijo era el motor para alcanzar sus metas. Sin embargo, esos objetivos se le esfumaron el 25 de marzo del año pasado cuando, en el barrio Solferino, alias Chuky lo atacó.

Con un revólver le propinó tres disparos en la espalda que lo tuvieron al borde de la muerte. Y pudo ser peor, pero la mala puntería del sujeto hizo que el impacto que iba con dirección a su cabeza solamente lo rozara, pero le dejó una cicatriz en el cuero cabelludo.

Dos meses después capturaron al agresor. La próxima semana se conocería la condena, que podría ser de nueve años y ocho meses por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego. Pero él quiere saber por qué le disparó, no quiere que lo indemnice, quiere tranquilidad. Dice que aunque lo conoce hace muchos años, nunca cruzaron palabra.

Se levantó de su silla de ruedas

Hoy camina ayudado por un bastón, tiene que orinar ayudado por una sonda y espera que no lo discriminen porque quiere luchar por su hijo de dos años. Cuando su hermano menor lo llevó al hospital, el panorama no era alentador. Tuvo muerte súbita y tres paros respiratorios, pero pudo hacerle el quite a la muerte.

Siguió una lenta recuperación, estuvo ocho meses en una silla de ruedas, pero se paró. Está a la espera de que le programen más citas con un fisiatra para dejar de lado el bastón y espera, con la ayuda de Dios, volver a ser el hombre normal que disfrute de su familia y de un trabajo.

Alias Chuky es otro padre, lo capturaron un día antes de que su hija naciera. En los próximos días se conocerá la condena, pero su víctima sigue esperando que con el preacuerdo que firmó con la Fiscalía sienta el deber de contar por qué lo atacó.

Sin rencor, pero con miedo, tuvo que abandonar su barrio, pues los amigos del delincuente amenazaron con acabar con su vida si no se retractaba de lo que dijo, pues antes de quedar inconsciente y rodeado de los tubos que lo mantuvieron con vida, alcanzó a decirle a su hermanito el nombre de su atacante.