Le esperan 33 años de cárcel por tentativa de homicidio en Manizales

Foto | Archivo | LA PATRIA

Juan Sebastián Arenas Páez (izquierda) y Albeiro de Jesús Velásquez Agudelo, alias el Mico.

LA PATRIA | MANIZALES

Juan Sebastián Arenas Páez estuvo fuera del alcance de la justicia colombiana hasta el pasado viernes, cuando al fin lo devolvieron las autoridades de España para que pague 33 años y un mes de prisión, por un intento de homicidio en Manizales, en el 2009.

Por el mismo hecho condenaron en el 2011 a Albeiro de Jesús Velásquez Agudelo, alias el Mico, quien ejecutó el plan que ideó Arenas Páez para asesinar a Luz Estela Castaño Ramírez. El motivo de la determinación se basó en deudas contraídas por el hombre con la mujer.

En la sentencia de primera instancia el hoy condenado fue absuelto, pero en el Tribunal Superior de Manizales, en el 2012, lo sentenció. En el mismo fallo se aumentó la pena para el autor material a 32 años de prisión.

Para esas fechas, Arenas Páez se convirtió en prófugo de la justicia. El proceso llegó hasta la instancia de casación ante la Corte Suprema de Justicia, que en el 2016 confirmó el fallo del Tribunal.

El hoy condenado era estudiante de Derecho en Manizales. Según el CTI, integraba una red de asesinos que operaba en la ciudad, pero era filial de la Oficina de Envigado. El 21 de noviembre del 2014 lo detuvieron en Murcia (España), donde se refugió con un nombre falso.

En el transcurso de las investigaciones, previas a la captura contra Arenas Páez y su cómplice, las autoridades descubrieron un plan para asesinar a otro acreedor del universitario.

Al condenado le asignaron como sitio de reclusión la cárcel La Picota de Bogotá.

El atentado

A la 1:40 de la tarde del 20 de octubre de 2009, Luz Estela Castaño Ramírez salió de la casa de su madre en el barrio La Primavera, de Manizales. Se subió a su automóvil en compañía de su hijo. En ese momento alias el Mico se le acercó y le disparó en varias oportunidades. Aunque sobrevivió al atentado, una herida en la cabeza le provocó una ceguera irreparable.