La van se llevó por delante panes y buñuelos

LA PATRIA | MANIZALES

Mientras barría los panes, harinas y vidrios, Janeth Bedoya, una empleada de La Panadería La Exquisita, aledaña a la Alcaldía de Manizales, derramaba lágrimas. No era para menos su susto.

Momentos antes, a las 7:50 de la mañana de ayer, Santiago Duque Morales, conductor de una camioneta van azul, de placas BIU 466, irrumpió en el local cuando ella lo aseaba. De no ser porque corrió a tiempo, la atropella.

Daniel Duque, quien acompañaba a Duque Morales, narró que por el lado de ellos pasó una camioneta muy rápido, lo que asustó a su compañero, quien creyó que se iba a estrellar. Intentó frenar, pero sus nervios lo traicionaron, y aceleró, perdió el control del volante.

¡Parva a la jura!

Su vehículo se montó en el muro e ingresó a la Panadería La Exquisita, en la calle 22 # 17-59, donde impactó contra una vitrina y una fritadora, lo que hizo que los panes, pasteles, el aceite caliente y los buñuelos que fritaban, quedaran sobre el piso, en medio de un tapete de harina.

Si Wilfredo Valencia González, un empleado, no se hubiera retirado a amasar los panes, quizás hubiera resultado lesionado o muerto. Por un buen rato estuvo en el punto por donde entró la camioneta. Afortunadamente, el accidente solo dejó unos $4 millones en daños materiales, calculó el panadero.

Problemas motrices y sin licencia

El conductor de la camioneta tenía movilidad reducida en un brazo y, según las autoridades de tránsito, no contaba con licencia de conducción, por lo que fue amonestado con un comparendo. Duque Morales contó que el pase estaba en trámites y que al momento del choque se dirigía a parquear dos cuadras más adelante.

El vehículo es propiedad de una fundación que trabaja con quienes tienen esas dificultades motrices. Santiago Duque Morales, de 38 años, contó que en una semana laboraría en el mismo coche transportando estudiantes de esa entidad.

La camioneta fue llevada por una grúa hasta los patios de Villamaría, y solo la podía reclamar alguien que presentara el permiso para conducir.

“Una persona nerviosa no debe manejar. Para saltarse el andén tenía que venir muy rápido”, eran algunos de los comentarios de los curiosos que se agolparon en las afueras de la panadería. Los habituales clientes no pudieron desayunar y degustar los tradicionales buñuelos.