MANIZALES | LA PATRIA
Un expolicía, de 24 años, y su hermano, de 20, esperan en la cárcel La Blanca que la justicia les dicte la sentencia definitiva por hurto calificado y agravado, cuando en la noche del viernes intentaron robarle la moto a un joven. Fue precisamente la reacción de otros agentes la que permitió su captura.
De acuerdo con lo que contó la víctima, que trabaja como vendedor en una empresa de recargas a celulares, él llegó a un negocio del barrio Villapilar y sin haberse bajado de la moto, dos sujetos lo abordaron. Uno se subió a la moto y le puso un cuchillo en el cuello, el otro forcejeó con él para que se bajara.
El propietario de una tienda cercana vio lo que pasó y salió a defender al hombre con un machete. En esa disputa, uno de ellos alcanzó a agredir con el arma blanca al motociclista, y aunque lo hirió en la garganta, no comprometió órganos vitales. Sin embargo, recibió 10 días de incapacidad.
Luego de quitarle la motocicleta, los sujetos emprendieron la huida, mientras que un compinche suyo los perseguía en un carro. Llegando a la glorieta de Villapilar, a la moto se le rompió la cadena, por lo que tuvieron que dejarla abandonada y se subieron al vehículo.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que llegara una patrulla de la Policía, que emprendió la persecución, dio aviso al resto de unidades y cerca de la antigua Terminal los interceptaron. Dos de ellos se escaparon, pero lograron agarrar al conductor. Al cómplice lo alcanzaron cerca del lugar, mientras que el tercero pudo escabullirse.
Cuando los sujetos huyeron del lugar del asalto, uno perdió un zapato, que luego recogió su víctima. En el momento en el que los policías los agarraron, vieron el otro zapato dentro del vehículo. Además, el afectado pudo reconocer a los agresores.
En la audiencia de imputación de cargos, el policía y su hermano no aceptaron el delito de hurto agravado y calificado, por el que la Fiscalía pidió que les dieran de a 12 años de condena a cada uno. El arma blanca no apareció, y el vehículo quedó a disposición de los investigadores.
Debido a que el juez aceptó la propuesta del ente acusador, la defensa apeló de la sentencia, por lo que el caso no está cerrado. El abogado de los implicados alega que mientras al ahora exagente se le deben dar tres años de prisión, al otro le tienen que dar detención domiciliaria, por no haber cometido delitos antes y ser estudiante.
Ambos deben aguardar en la cárcel La Blanca a que les definan las penas que deben pagar. La víctima exige que sean 12 años, mientras asegura que se siente perseguido siempre que sale a la calle.
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