LA PATRIA | MANIZALES
“El arroz se los dan podrido. La comida que sirven le dicen el plato de los valientes porque preparan una ollada de lenjetas con papas que es más agua que cualquier cosa. Además, primero les daban dos cocas y ahora solo una. Aguantan mucha hambre”.
Ese es solo uno de los motivos por los que Gloría Patricia Espinosa y Luz Mary Jímenez, madres de dos internos de la cárcel La Blanca, de Manizales, marcharon ayer, a las 3:00 de la tarde, desde el Parque del Agua hasta el Ernesto Gutiérrez, acompañadas de unos 50 familiares y amigos de internos. Su intención era exigir que las condiciones de reclusión sean más humanas y menos indignas.
“Ellos están pagando por un error que cometieron, pero ni a los perros los tratan así”, se quejó Edilma Gonzáles, quien tiene un nieto en el patio dos.
Privaciones y censuras
Los parientes de los reclusos denuncian que en una celda pequeña duermen cuatro y hasta cinco internos; hay desaseo y el espacio es reducido.
Fuera de eso, los visitantes no tienen donde sentarse, les toca extenderse en el pavimento frío del piso por solo 45 minutos, cuando antes permitían que fuera todo el día.
Las visitas conyugales se hacen en sitios feos y ni tiempo adecuado tienen para disfrutar de una relación sexual placentera, denunciaron algunas mujeres.
“Los que no tienen hijos la tienen peor, pues se quedan sin visitas. Prohibieron el ingreso a sobrinos, solo pueden entrar los hijos e hijastros, lo que se constituye en una clara violación al derecho de mantener los lazos afectivos con los seres queridos”, se quejó William Zapata, vocero de los internos en Caldas.
Esperanza Bonilla narró que su primo lleva año y medio esperando una cirugia, pero les dicen que allá no es hospital, ni tienen médico. Además, ahora les quitan los implementos de aseo.
En la marcha se evidenció que no solo el primo de Esperanza está enfermo, al parecer, “el sistema carcelario colombiano se encuentra en cuidados intensivos y debe reestructurarse. Todos esos factores indignos de reclusión llevan a que el interno en vez de resocializarse, salga más resentido con la sociedad y vuelva a delinquir”, concluyó Zapata.
Marta Lucía Fehó, directora del Inpec en Caldas, respondió.
Comida
“La semana pasada recibimos el rancho remodelado, está totalmente higiénico y las verduras y frutas llegaron frescas. En cada patio hay un interno que se encarga de reportar a la empresa contratista las anomalías en los alimentos y se reúnen con ellos para mejorar.
Respecto a la nueva dosis de alimentación, es la que se ordenó de acuerdo a un reciente estudio de los servicios penitenciarios. Invito a los ciudadanos afectados para que nos manden las quejas que tengan en la comida y tomaremos las medidas necesarias”.
Visitas
"Esa nueva metodología es la que ordena la Ley 1709, nos ceñimos a eso".
Hacinamiento
"No puedo negar que en este aspecto hay dificultades. La Blanca tiene actualmente un 105% de hacinamiento. Pero venimos trabajando para reducirlo.
En este año se han hecho 106 traslados, se han otorgado mil 181 libertades, y han ingresado mil 356 nuevos reclusos.
Resocialización
“En La Blanca han salido muchos internos graduados como profesionales, técnicos y tecnólogos con la capacitación del Sena. Muchos vuelven a delinquir, pero los que quieren buscan otros caminos.
Les damos cursos de guitarra, piano, sistemas. Muchos estudian la primaria, el bachillerato y hemos llamado a 128 pospenados para incluirlos en programas que los orienten para integrarse a la sociedad, a muchos no les importa. La resocialización depende de la apertura del interno a cambiar y ha dejarse ayudar”, concluyó Fehó.
Un interno de La Blanca contó que las celadas son de 1,50 metros por 2,10 metros, en las que ubican a 3 ó 4 personas.
"Los domingos, durante las visitas, la situación es más compleja. Cierran las celdas con tornillos y toca atender a los familias fuera de ellas, lo que genera un cuadro degradante. Se generan epidemias de tos, gripa, fiebre y diarrea", aseguró.
Lo más grave, expresó, es que en Fin de Año y en Ferias, es mucha la gente que ingresa al penal, lo que agravará más el hacinamiento. "Hemos cometido errores, pero no es la forma de tratarnos. No necesitamos represión, sino tratamiento especial. Menos guardianes y más psicólogos y trabajadores sociales para una buena resocialización.
Gloria Patricia Espinosa lloraba ayer porque lleva cuatro años sin ver a su hijo, un exmilitar manizaleño condenado a nueve años por homicidio y recluido en una cárcel de Pamplona (Santander), donde prestaba servicio al momento de los hechos.
Según ella, estuvo un año en La Blanca, se lo llevaron y no le avisaron. Lo que más añora es verlo, hablarle, pero no le permiten la comunicación y tampoco tiene recursos para viajar. De nada han servido sus cartas a la Defensoría del Pueblo, rogando para tenerlo cerca y poderlo visitar antes de que la operen de un cáncer.
120.000
presos hay en Colombia, con un 53% de hacinamiento en promedio.
Prisiones
El presidente Juan Manuel Santos anunció en mayo que se ampliarán los cupos en los centros penales y que se construirán 19 mil más por obra pública y Asociaciones Público Privadas.
1,2
billones de pesos es lo que, supuestamente, invertirá el Gobierno en mejorar las cárceles, en su vigilancia y controles.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015