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En la sala de audiencias donde presentaron ante un juez a los tres policiales capturados estuvieron presentes familiares de los imputados y agentes del Gaula.
Una diligencia policial en apariencia de rutina se convirtió para la Fiscalía en un caso de secuestro extorsivo agravado. Un oficial, de 29 años, y dos patrulleros, de 27 investigados por el hecho fueron enviados a la cárcel de Manizales, de manera preventiva.
El Gaula de la Policía de Caldas capturó a los tres uniformados en Pereira (Risaralda) y Manizales, tras una investigación de un año que le permitió a la Fiscalía solicita las órdenes judiciales. En la audiencia de garantías, ellos negaron los cargos imputados.
La víctima del hecho, ocurrido en mayo de 2012, fue Leonardo Aguirre Aguirre, joven asesinado en marzo de este año en el barrio Santos. La Fiscalía señaló que en el secuestro participó otro hombre llamado Carlos Moncada, un civil que fue asesinado en febrero de este año.
Los defensores de los policiales apelaron de la medida de aseguramiento, pero el juez de garantías solo aceptó la argumentación de una abogada y dejó en firme la decisión en contra de un teniente y un patrullero.
El caso en investigación ocurrió el 24 de mayo de 2012. De acuerdo con el relato del fiscal 12 de Manizales, a las 8:30 de la noche llegó una patrulla de la Policía al barrio Santos. En el vehículo iban varios uniformados y el civil.
Ellos abordaron a un grupo de jóvenes que departían en una esquina, entre los que se encontraba Leonardo Aguirre. Los policías hicieron una requisa y solicitaron la identificación de los muchachos.
Luego le dijeron a Aguirre que ingresara a la patrulla y él obedeció. Cuenta la Fiscalía que estuvieron en varios puntos de la ciudad, hasta que llegaron a la Estación Manizales, en el barrio San José.
De nada valieron las observaciones del comisario encargado de los calabozos, quien advertía que estaban realizando una detención ilegal, pues el teniente hizo valer su rango y encerraron al retenido.
Allí mantuvieron a Aguirre durante un tiempo. Según el ente acusador, al joven le dijeron que sabían que traficaba con estupefacientes, por lo tanto, para no vincularlo a una investigación, les tenía que pagar $10 millones.
Se abrió entonces una negociación, luego de la cual acordaron que pagaría un millón 500 mil pesos para dejarlo libre. Aguirre llamó a la mamá para que consiguiera ese dinero. Ella se comunicó con el Gaula y denunció el caso.
El encuentro para hacer la transacción debía realizarse en el Parque Caldas a las 10:30 de la noche. De inmediato el Gaula montó el operativo. Al sitio llegó la mamá de Aguirre, por otro lado arribaron su hijo y Moncada.
Cuando ella entregó el paquete que simulaba contener el dinero, el Gaula aprehendió a este último. El muchacho plagiado complementó la denuncia de lo sucedido.
Sin embargo, la captura de Moncada fue invalidada porque él argumentó que el pago no era una extorsión, sino una cancelación de una deuda que Aguirre tenía con él.
Se trataba de un supuesto préstamo, dijo. La justicia le creyó y lo dejó libre, pero la investigación continuó.
Al tiempo que avanzaba la investigación de la Fiscalía, en el Comando de la Policía de Caldas se seguía un proceso disciplinario contra los uniformados.
Luego de 25 entrevistas y la recolección de pruebas, entre ellas la ubicación de las comunicaciones telefónicas de esa noche, el pasado viernes el fiscal del caso le solicitó a un juez que expidiera las órdenes de captura.
Para la diligencia surgió una dificultad, ya que el teniente estaba refugiado en la casa la mamá en Pereira y la orden solo se podía hacer efectiva en vía pública. El sábado fue necesario solicitarle al juez una orden de allanamiento, para efectos de la captura.
Con esta nueva autorización pudieron ingresar a la casa donde estaba el oficial, le leyeron sus derechos y lo trasladaron a Manizales.
Luego de que los imputados negaron los cargos, los defensores expresaron sus observaciones, entre ellas que se trataba de un caso para la Justicia Penal Militar y que no hubo un secuestro, sino un procedimiento policial normal. Hasta insinuaron que si hubo una irregularidad, no fue de la gravedad denunciada por el ente acusador.
Otras aclaraciones expresaron los protagonistas de la audiencia. Inclusive el juez llamó la atención sobre la manera en que quedó libre Moncada, luego de su captura en flagrancia.
En particular descubrió en el texto de las entrevistas que este y Aguirre no se conocían. Pese a este hecho, lo dejaron libre porque él dijo que estaba cobrando el dinero de un préstamo, del cual no habían soportes. Es decir, que le había facilitado dinero a un desconocido.
La defensa, por su lado, indicó que Moncada era un informante y que gracias a sus revelaciones la Policía obtuvo varios resultados en contra del microtráfico en la Comuna 5 (Ciudadela del Norte).
El fiscal también aprovechó para hacer su aclaración, pues entre los detenidos hay un agente de la Sijín. De él, dijo, que si bien no estuvo presente en el procedimiento policial, mantuvo comunicación con el teniente.
Señaló que si Moncada era informante resultaba extraño que lo pusieran a disposición de una patrulla de vigilancia y que no fuera el agente con función de Policía Judicial quien realizara el procedimiento.
De esta manera se prevé un juicio de gran debate. Los imputados podrían pagar una pena mínima de 37 años y una máxima de 50.
El delito de secuestro extorsivo agravado, por el que procesan a los policías imputados, no tiene rebajas ni posibilita preacuerdos para rebajar la pena.
Durante la audiencia de imputación de cargos contra los policías por secuestro extorsivo agravado, la Fiscalía dio a conocer que la víctima del delito está muerta. Leonardo Aguirre fue asesinado el 4 de marzo pasado. De varios disparos que le hicieron, al parecer dos lo impactaron.
Un mes antes, el 8 de febrero, asesinaron en la Galería de Manizales a Carlos Moncada López. Él estuvo vinculado al proceso por secuestro extorsivo en mayo de 2012 cuando iba a cobrar la extorsión, aunque luego salió libre de todo cargo. Ayer, el juez de garantías expresó su extrañeza por el desenlace de ese resultado obtenido en su momento por el Gaula.
La Policía de Caldas reconoció ayer la captura del teniente y los dos patrulleros por secuestro extorsivo agravado. Agregó que al tener conocimiento de la denuncia de un ciudadano sobre la comisión de un delito por miembros de la institución "desarrolló los protocolos de investigación en coordinación con la Fiscalía ante el Gaula con el fin de establecer la veracidad de dicha conducta".
Aclaró que los dos patrulleros para el momento de los hechos se encontraban adscritos a las especialidades de vigilancia y policía judicial, respectivamente.
Concluyó que la institución se empeña en que "las actuaciones de sus miembros estén enmarcadas dentro de la legalidad y para presentar ante las autoridades correspondientes, como en este caso, a quienes perteneciendo a la institución incurran en conductas inapropiadas o cometan transgresiones a las leyes y los reglamentos".
Los tres policías capturados siguen gozando de la presunción de inocencia hasta que un juez de conocimiento defina si los condena o los absuelve.
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