LA PATRIA | MANIZALES
El sujeto aprovechó un descuido de las autoridades y arrojó por un baño la prueba con la que le darían una condena en la cárcel. Sin embargo, solo lo judicializaron por destruirla.
El caso ocurrió el 15 de agosto pasado en el barrio Ciprés, de Riosucio. A Víctor David García Marín, de 24 años, lo detuvieron en flagrancia con 3,7 gramos de bazuco. Se enfrentaría a un proceso por porte de estupefacientes.
Cuando pesaban la sustancia, la tomó y la bombeó por el sanitario. La Fiscalía no pudo imputarle el porte, pero lo llevó ante el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio para responder por otro delito. Aunque la condena fue de apenas 24 meses, lo que le daría suspensión condicional de la pena, lo mandaron para la cárcel, pues el sujeto disfrutaba de libertad condicional por un homicidio.
Como delinquió de nuevo, perdió los beneficios. Se emitió la orden de captura.
A García Marín lo detuvieron con 16 envolturas de papel cuaderno, rellenas de cocaína, ocultas en la pretina, dentro de una bolsa negra. Lo llevaron a las instalaciones del CTI y allí el sujeto arrojó la sustancia por el baño, aprovechando que las autoridades le hacían la prueba a la sustancia, para determinar que sí era droga. Aunque hubo forcejeo, las autoridades no lograron evitarlo.
En audiencia, García Marín aceptó los cargos, pero quedó libre. Posteriormente, el fiscal retiró la acusación por porte de estupefacientes, pues no era posible identificar la pureza e identidad de la sustancia incautada, pues lo poco que se rescató no daba para ello, según certificó el laboratorio de Pereira.
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