Dos hermanos agredieron a policías en Salamina

LA PATRIA | MANIZALES

Los borrachos acostumbran a veces la frase: “Que corra sangre, pero no aguardiente”. Precisamente, quebrar accidentalmente una botella de licor desató reclamos y un conato de pelea entre personas que bebían en un negocio de la vereda Los Mangos, de Salamina.

Un ciudadano, al prever que podía salir alguien herido, llamó a la Policía del municipio. De la central de radio le ordenaron a dos patrulleros que se dirigieran hacia el sitio del reporte.

Cuando llegaron encontraron a Carlos Alejandro Valencia Ospina amarrado. Su hermano, Luis Fernando, estuvo entre quienes ayudó a atarlo, porque el primero estaba exaltado, por el alto consumo de aguardiente.

Los uniformados contaron que al desatar a Carlos Alejandro, con el fin de adelantar un procedimiento policial por alteración de la tranquilidad pública, tanto este como su hermano los agredieron.

Así se pasó de una posible pelea entre amigos que bebían, y que incluso llegaron a retarse con un arma blanca -todo porque se había quebrado una botella de aguardiente-, a un ataque contra los uniformados.

Según la denuncia por violencia contra servidor público, a uno de los dos patrulleros lo mordieron, mientras que al otro, en medio del forcejeo, le arrancaron una cadena que portaba en el cuello.

El caso ocurrió el 14 de junio de 2016. Debido a la dimensión que tomó la simple atención a un caso de Policía, la situación se volvió una causa penal que investigó la Fiscalía.

A los hermanos les imputaron cargos, pero los negaron. En juicio les impusieron una condena de 48 meses de prisión, sin ningún beneficio. Se dio a conocer que contra Carlos Alejandro hubo una investigación por un delito similar.

La defensa de ellos interpuso el recurso de apelación basada en que los hechos no encajaban dentro del delito por el que los procesaron. El Tribunal Superior de Manizales, en segunda instancia, manifestó todo lo contrario y ratificó la sentencia inicial.