LA PATRIA | MANIZALES
El campesino Julio César Moya transitaba el pasado viernes por un camino de la vereda Yarumal, en Samaná, cuando un artefacto enterrado a un lado le llamó la atención. Tras observarlo por un momento marcó el sitio para evitar que alguien se acercara.
Se dirigió al Batallón de ingenierios de Desminado, ubicado en el municipio, y les explicó a los militares lo que encontró. Los acompañó hasta el sitio y verificaron que se trataba de una mina antipersonal enterrada en jurisdicción del Parque Natural Nacional Selva de Florencia.
Según los expertos, la mina estaba impermeabilizada para que la fuente de poder perdurara hasta que su víctima la activara por presión. Llevaría entre tres y cuatro años enterrada.
De acuerdo con el Ejército, con la destrucción de este artefacto se beneficiaron 25 familias que no podían transitar por este camino, que les permite acortar distancias para transportar los productos desde Yarumal, Santa Isabel y el corregimiento de Florencia a zona urbana de Samaná.
Educación
Las reuniones que lidera el Batallón de ingenieros de Desminado con la comunidad sobre educación en el riesgo de minas ha permitido que los ciudadanos brinden información sobre su ubicación y reconozcan el peligro de estas. El lunes pasado, otro campesino encontró un artefacto entre El Congal y San Diego, también desactivado a tiempo.
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