LA PATRIA | MANIZALES
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¿A dónde fue asignado?
Voy de jefe de operaciones de la Fuerza de Despliegue Rápido, con sede en La Macarena (Meta). Estaré allá donde debemos estar los soldados y para lo que fuimos entrenados. Continuaré mi carrera en la que llevo 25 años, para lograr que el país consolide su paz y su democracia, para que ningún actor ilegal, financiado por narcotráfico, impida nuestro buen desarrollo.
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¿Qué referentes tiene de esa unidad?
Es una unidad especial, conformada por más de 6 mil hombres que tienen como misión el secretariado de las Farc. Es importante porque debe sacar al enemigo de todos sus fortines y madrigueras, para que pueda enfrentar ya sea nuestra justicia constitucional o la justicia divina.
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¿Cuánto le falta para su próximo ascenso?
Por tiempo dos años. Esta misión sería mi maestría para poderme graduar y tomar la siguiente estrella (la de coronel efectivo) si así lo define el Ejército.
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¿Recuerda cuál fue su percepción inicial cuando llegó a Manizales a comandar el Batallón Ayacucho?
Apenas llegué, yo venía del Cauca, zona mucho más complicada. Traía en mi memoria la prevención y el exceso de cuidados. Pero llegué aquí y encontré la amabilidad de todos los caldenses, de toda la gente, su receptividad, atención y bienvenida. Definitivamente este departamento es muy diferente a lo que he tenido que recorrer en mi carrera.
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¿Qué tan cumplida ve su misión al frente del Batallón?
Uno de los objetivos grandes que me impuse fue dejar a Caldas con cero coca. A raíz de unos programas de Presidencia tuvimos que frenar hace tres meses, pero ya lo que queda es poco. En cuanto al enemigo (grupos armados ilegales) lo alejamos totalmente del departamento; cuando trató de entrar fue dado de baja y ahí lo mantenemos en el límite, con operaciones militares en el occidente y en el oriente.
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¿Cuál fue la labor social que realizaron?
No se habían hecho programas de consolidación y por eso implementamos algunos dirigidos desde la Octava Brigada, para socializar más con toda la población. Hoy podemos hablar de 165 escuelas pintadas en las cabeceras municipales y en los puntos más alejados. Sembramos más de 70 mil árboles. El plan tricolor con nuestras tropas garantizó la movilidad en las vías. Algo que nunca había hecho, que lo tuve que hacer y de lo que me siento orgulloso fue haber colaborado en los momentos de crisis de Manizales. Fuimos parte esencial para que la normalidad volviera a Caldas con las dos veces que instalamos el acueducto, porque nuestros soldados estuvieron ahí. Cuando tuvimos el problema de Cervantes, estuvimos con personal idóneo para sacar y rescatar tantos heridos que tuvimos, logramos así que los muertos no fueran más.
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¿De qué se trató la consolidación social?
Una vez la guerra pasa a un segundo plano, empezamos a reconstruir para que el desarrollo del país se dé. Lo vemos por ejemplo con las unidades de desminado que tenemos en el oriente. Hay que entregar zonas despejadas y lo hacemos porque estamos convencidos que los problemas del departamento no son solo urbanos, la parte rural hay que ponerle mucho cuidado y a ella nos estamos yendo, porque sabemos que cualquier descuido es la puerta de entrada para el enemigo.
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¿Culminaron el desminado?
El desminado continúa hasta que tengamos el departamento sin una sola mina, esas unidades no van a salir. Se puede tardar cinco años más, pero los soldados van a seguir ahí para que los caldenses se puedan desplazar por cada vereda y por cada trocha sin problemas.
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¿Cuál es su parte de seguridad para Caldas?
Nos damos el gusto de no tener un solo guerrillero ni miembro de banda criminal:
36 capturas de delincuentes por diferentes delitos
4 caletas con material de guerra localizadas.
686 cartuchos de diferentes calibres incautados
16 granadas
1 fusil
1 baja correspondiente a alias el Diablo, comandante del frente 9 de las Farc.
63 artefactos explosivos desactivados
5 armas de fuego de fabricación artesanales incautados
4 laboratorios localizados y destruidos
6 cocinas artesanales para el procesamiento de coca desmanteladas
59,3 hectáreas de coca erradicadas
3 hectáreas de marihuana erradicadas.
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¿Qué hay para continuar?
Esperar la certificación de la ONU de que ya no quedan cultivos ilícitos. Falta continuar con los planes de consolidación, al menos pintar el 50 por ciento de las escuelas del departamento. El apoyo a poblaciones y sectores más necesitados y seguir evitando la entrada del enemigo.
El voluntariado
Al tiempo que el coronel Correa cumplió con sus labores administrativas y operativas al frente de la unidad, su esposa Doña Astrid Rodríguez de Correa dentro de las instalaciones, y también en donde hay tropas, fue un apoyo al bienestar de los soldados y de las familias de los militares.
Ella presidió durante 18 meses la Fundación Damas Voluntarias del Batallón Ayacucho, al cabo de los cuales destacó el acompañamiento de mujeres distinguidas de Manizales en el trabajo realizado. Se trabajó para conseguir fondos (mediante fiestas, bingos y polígonos, entre otras) con el fin de hacer actividades en fechas importantes.
Como producto de esa labor en la que colaboran cerca de 20 voluntarias, resaltó las mejoras en las salas de reflexión del Batallón (donde envían por días a soldados sancionados) y la reforma de las instalaciones donde prestan seguridad los soldados en el Cerro Gualí. También hubo actividades de bienestar en otras bases militares del departamento y celebraciones para las familias en fechas especiales.
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