Confió su casa a un conocido y le desvalijó la moto

LA PATRIA | MANIZALES

Pedro Betancurt, un habitante de Villamaría, no comprende aún por qué después de darle alimentación y alojamiento a Javier Francisco R.S cuando aún era un niño que vivía en precarias condiciones económicas; hoy el pago que le da es robarle un elemento con el que derivaba su sustento.

Todo empezó cuando don Pedro, de 64 años, viajó el 30 de marzo pasado a otra ciudad a ver a su mujer, quien pasaba dificultades por una grave enfermedad. Como conocía desde la infancia a Javier Francisco, creyó que podía confiarle su casa, pero en especial, sus cuatro gatos, a los que valora como un tesoro.

Por eso, se fue durante 20 días y lo dejó encargado de todo. Al regresar se encontró con que su moto, en la que se ganaba la vida haciendo mandados y vendiendo arepas; estaba desvalijada. Solo dejó el motor y el tanque de la gasolina.

“Se robó las llantas, el carburador y los amortiguadores, al parecer, para venderlos por partes”. Desde entonces anda varado, hoy se alimenta porque una vecina caritativa le ha dado la mano. De los $30 o 40 mil pesos que recibía diariamente trabajando en su moto, ya no le llega nada. Asegura que a su edad nadie le da trabajo.

Para sobrevivir vendió su colección de libros por lo que le dieran, salió a las calles a comercializar productos de Leonisa, pero dice que eso deja muy poca ganancia. También ha intentado percibir comisiones consiguiendo clientes para una agencia de viajes, pero los pagos, según él, son demorados.

“Llevo una semana y media de vía crucis. Cada día me levanto desesperado, no tengo con qué pagar $450 mil que debo. Las facturas de los servicios y el predial crecen, y no puedo responder. Eso no me ha dejado dormir, además, soy hipertenso. No se justifica tener que pasar por estas bregas”, se lamentó con lágrimas de impotencia.

LA PATRIA se comunicó con el acusado de hurto, pero no obtuvo respuesta. Después de los hechos, don Pedro se comunicó al celular de su victimario, pero asegura que este le colgó. El caso lo puso en manos de la Fiscalía y de la Sijín de Villamaría. Ahora espera que la justicia terrenal y la divina hagan lo suyo.