Dos de los cuatro pensilvanenses implicados en el sonado caso del narcojet aceptaron cargos mediante preacuerdo con la Fiscalía.
Wálter de Jesús Arias pagaría 11 años de prisión; Jairo Hernán Salazar, 10 años; y para el martes 21 de este mes se espera la audiencia de Jesús María Hurtado, conocido como Chucho Turbina. Alexánder Arias Arango, hermano de Wálter y supuesto jefe de la banda, adelanta otras negociaciones con la Fiscalía.
El caso del narcojet se remonta al 8 de diciembre del 2017, cuando el albañil británico Martin Neil viajó a Colombia en compañía del chef italiano Alessandro Iembo y del español Víctor Franco Lorenzo.
Los tres dijeron que eran turistas, aunque su verdadera intención era comprar cocaína para la mafia italiana Ndrangheta, según informes de prensa.
Tras ese primer viaje, los europeos regresaron el 26 de enero junto al hermano desempleado del albañil y el peluquero español José Ramón Miguélez Botas.
Esa vez, los cinco hombres se hicieron pasar por adinerados ejecutivos y contrataron por 300 mil dólares un jet privado Bombardier Global Express, que salió de un hangar del aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá hacia el aeródromo de Farnborough (Inglaterra). Sin embargo, lo que parecía que iba a ser el negocio de sus vidas terminó por llevarlos a la cárcel tras su captura.
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