Uberney Echeverry, hijo de Olícer, pudo darle sepultura luego de 16 años de su muerte.

Foto | Cortesía UBPD | LA PATRIA

Uberney Echeverry, hijo de Olícer, pudo darle sepultura luego de 16 años de su muerte.

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Luego del asesinato y desaparición de Olícer Echeverry Marín en el 2007, su familia pudo darle sepultura ayer en el cementerio del corregimiento de Berlín.

Al campesino lo asesinaron en un supuesto combate entre grupos armados en la vereda Quebrada Seca, de Florencia, mientras trabajaba la tierra. Su familia creyó que se había ahogado en un río al tratar de huir, pero su cuerpo estaba enterrado en el camposanto de San Agustín en Samaná.

La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) recuperó 24 restos óseos allí, ya identificó ocho y los de Olícer fueron los séptimos en entregarse a su familia que está compuesta por su esposa y cuatro hijos.

El sábado se efectuó la ceremonia de cierre en Samaná, en donde les contaron lo que ocurrió, como se dio la investigación humanitaria, cómo se realizó el cotejo de muestras biológicas y posteriormente, una ceremonia emotiva con apoyo psicosocial.

Claudia Isabel Niño, directora de la UBPD, indicó que esta labor se puede cumplir gracias al apoyo de la JEP, Equitas, Fundecos y el CEDAT de la Universidad de Caldas, con la colaboración del Instituto de Medicina Legal.

“La Unidad ha podido construir una sinergia para implementar la metodología de los planes regionales de búsqueda, y damos respuesta oportuna a quienes por décadas no han tenido información del paradero de sus seres queridos desaparecidos”, dijo la funcionaria.

La entidad cuenta con un registro de 1096 personas desaparecidas por causa del conflicto armado en 60 años en Norcasia, Samaná, Victoria y La Dorada.

Uberney Echeverry, hijo de Olícer, agradeció la colaboración y dijo que con esta entrega se cierra un ciclo. Añadió que ahora la familia tendrá un motivo para reunirse en fechas especiales en Berlín y poder visitar la tumba de su padre.

Sin embargo, recordó que todavía hacen falta la verdad, justicia y la garantía de no repetición, para que sus hijos no corran con la misma suerte de ellos. También seguirán exigiendo respuestas sobre los hechos que rodearon la muerte de su progenitor.