LA PATRIA | MANIZALES
A las 10:00 de la noche del pasado viernes un policía terminó su turno en Samaria, corregimiento del municipio de Filadelfia. Armado, y sin quitarse su uniforme, viajó en la moto de la institución hasta el parque de Pácora, recorrido que dura dos hora y media.
A la 1:20 de la madrugada de ayer, el agente, de baja estatura, tapó su rostro con un casco de moto, sacó su revolver y, en la carrera 4 con calle 5 esquina disparó, según los testigos, en al menos 14 oportunidades contra una patrulla parqueada al frente del Estanquillo y Tienda Don Luis. Allí se encontraban, como pasajero, el patrullero Julián Martínez López, y como conductor, el uniformado Elkín Andrés Mesa.
El supuesto policía agresor, Andrés Betancurt Cano, quien lucía una sudadera negra y una chaqueta, corrió por la carrera cuarta hacia el sector Malpaso, al tiempo que, malherido, el agente Martínez cayó de la patrulla y, desde el piso, le disparó en cuatro ocasiones .
El atacante cayó, luego se paró y abandonó el casco y su arma. Alcanzó a caminar otros tres metros más, pero volvió a caer. Tiró un morral, se levantó una vez más, pero se desplomó. La gravedad de los tres tiros en el pecho y otro más en el abdomen impidió que huyera.
Testigos narraron que la gente gritaba y pedía que auxiliaran al agresor. Ocho minutos después llegaron un patrullero y Edwin Rivera, comandante de la estación de policía de Pácora. También aparecieron varios amigos del agresor, quienes lo socorrieron y unas cuadras más adelante lo montaron a otra patrulla. En el hospital de la localidad fue estabilizado y luego lo remitieron a la Clínica San Marcel, de Manizales. Hasta el cierre de esta edición se desconocía su estado de salud.
Quienes a esa hora salían de los bares se acercaron para socorrer a los policías atacados. El cuerpo de Mesa quedó en la patrulla y su cabeza recostada en el pavimento. Martínez sangraba, pero aún respiraba. Este último suplicaba que no los dejaran morir. Un civil manejó la patrulla acompañado de otro socorrista y llevó a los heridos al hospital de la localidad. Por la gravedad de los tiros que recibió en su corazón, Mesa llegó sin vida.
Mientras tanto, Martínez fue estabilizado, tras recibir varios balazos en el estómago y en la ingle. Luego, lo trasladaron a un centro asistencial en Manizales, pero en el camino, murió.
El policía agresor llevaba 11 años en la institución. Al parecer, tenía problemas con Martínez por una mujer.
Martínez llevaba un año como Policía en Pácora, de donde era oriundo y tenía a su familia. Mientras que Mesa, de Pereira, llegó hace cuatro meses al municipio, tiempo en el que se ganó el aprecio de la comunidad.
“Eran muy serios y responsables en su labor”, manifestó, con pesar, un compañero de la estación donde laboraban.
El secretario de Gobierno Municipal, Manuel Alejandro Acosta, indicó que se investigan los hechos para determinar si el agresor usó su arma de dotación. Mientras que, en un comunicado, la Policía de Caldas lamentó lo sucedido y expresó que dichos ataques entre uniformados se apartan de su misión.
Este crimen llevó a las autoridades de la localidad, a la plana mayor de la Policía de Caldas e, incluso, al gobernador del departamento, a realizar un consejo extraordinario de seguridad para tomar decisiones.
La visita que Julián Gutiérrez, gobernador de Caldas, hizo ayer a Pácora para cumplir con sus Encuentros de la Prosperidad, pasó inadvertida para los habitantes del pueblo, quienes en las calles hacían corrillos y, en medio de la conmoción, comentaban los hechos de sangre.
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