LA PATRIA | MANIZALES
Dos muertes violentas registró Anserma en menos de 27 horas. Sicarios acabaron el pasado viernes con la vida de Johnson de Jesús Villada Suaza, conocido como Cholo; y en la madrugada de ayer mataron a Edwin Andrés Arango Arango, en la zona rosa del municipio.
Villada Suaza tenía un pequeño carro para venta de dulces en la entrada de la Biblioteca Pública Municipal. Según amigos, se dedicaba además al transporte de personas, en una moto FZ, a diferentes veredas de Anserma.
A las 10:00 de la noche del viernes un sujeto se le acercó para pedirle un servicio hasta la vereda Juan Pérez. Apenas acordaron el precio partieron hacia el sitio, ubicado a cuatro kilómetros del casco urbano.
Todo indica que una vez en el destino, y aprovechando la oscuridad y la soledad, el sicario hizo detener la moto, sacó una arma de fuego y le disparó a Cholo en tres oportunidades. Dejó el cuerpo en la vía y huyó en el vehículo.
Un campesino que pasaba por la zona halló el cadáver en la madrugada del sábado. Sijín y CTI realizaron la inspección técnica.
La familia de Johnson denunció su desaparición desde la misma noche. Se desplegó un operativo y capturaron al presunto sicario, en medio de una persecución por la Troncal de Occidente, entre Viterbo y La Virginia. Al delincuente le hallaron la moto de Cholo. Johnson era un reconocido líder de los vendedores ambulantes. Las exequias se cumplieron ayer.
El teniente coronel Francisco Arias, comandante Operativo de Seguridad Ciudadana de Caldas, destacó la reacción de los uniformados y relató que en la persecución el sicario les disparó a los policías. El detenido, de 20 años, es de Caloto (Cauca) y pagaba domiciliaria en Cartago por porte ilegal. No aceptó cargos en la audiencia.
El segundo homicidio ocurrió al amanecer de ayer en la zona rosa del municipio. Edwin Andrés Arango Arango, 30 años, apodado Gomelo, compartía con amigos en las afueras de un bar denominado Surti Norte. Hasta allí llegaron dos sicarios, con casco cerrado, y le dispararon en tres veces.
A esa hora la avenida Libertador estaba repleta de personas, que consumían licor. Bomberos trasladó a la víctima hasta el hospital, pero llegó sin signos vitales.
Según las autoridades, la víctima llevaba poco tiempo en Anserma y venía de vivir en Pereira. Por eso creen que el problema lo traía desde esa ciudad. También se dedicaba a pintar casas. Ya le habían hecho un atentado en Pereira hace cuatro años y estuvo en coma.
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