LA PATRIA | MANIZALES
En Pensilvania, de donde era natural, hay tristeza por el asesinato del fiscal Édgar Alonso Giraldo Ramírez, quien desempeñaba su cargo en Guaduas (Cundinamarca).
Lo atacaron ayer dos sujetos en moto cuando iba para su trabajo. Lo apodaban Pardito. Cinco disparos, cuatro de ellos por la espalda, acabaron ayer con la vida del funcionario judicial.
En el momento del atentado se desplazaba por el sector del Alto del Trigo, vía Guaduas-Villeta, rumbo a su oficina. En cámaras de seguridad quedó registrado el atentado.
En su municipio natal había revuelo por su muerte, pues era muy conocido en la población. "Le gustaba montar a caballo y era una persona muy formal, muy amplia con la gente, a la hora de comprar licor".
El ente acusador resaltó que "su lucha contra la criminalidad local era ampliamente conocida". Sin embargo, un amigo de la víctima manifestó que no tenía amenazas y en el momento no llevaba casos complejos en Guaduas. Fiscalía y Policía trabajan conjuntamente para investigar los motivos del homicidio.
En su hoja de vida figura que era abogado, con especialización en derecho penal. Ingresó al ente acusador como fiscal local en 1994. Estaba próximo a pensionarse.
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