LA PATRIA | MANIZALES
"Sí vio lo que me pasó, Beto me disparó, me disparó Beto", le expresó Fernando Ancízar Gallo Ramírez a su amigo Mataco. El caso ocurrió el 8 de enero del año pasado en la vereda El Tablazo, sector Rancho Viejo, de Manzanares.
A Gallo Ramírez le dispararon en cinco ocasiones, un tiro se alojó en su pecho y lo tuvo muy grave. Afortunadamente lo trasladaron a tiempo al hospital San Antonio, luego a Manizales, donde le salvaron la vida. La incapacidad fue de 45 días.
Por este caso sindicaron a Hernán Alberto Giraldo Rivera, alias Beto, y a otro sujeto apodado Daniel. El Juzgado Promiscuo Municipal de Manzanares condenó al primero a 17 años de cárcel por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego. El segundo quedó absuelto. La decisión la ratificó esta semana el Tribunal Superior de Manizales.
La defensa de Beto, en su apelación, manifestó que era una falsa incriminación, pues tres testigos y la misma víctima no coincidían en las versiones. Además, que si ambos sindicados eran responsables, por qué uno quedó libre y el otro no.
En juicio se dijo que cuando la Policía llegó al Hospital, tras el reporte del atentado, Gallo Ramírez señaló que Beto le disparó. La declaración quedó en video e hizo parte de la cadena de custodia.
Víctima y victimario tuvieron problemas días atrás, pues el herido le vendió un computador a Beto, a cambio de bazuco. El problema vino después, porque el equipo se lo robó a un policía que se alojaba en su casa. Beto tuvo que devolverlo y perder la droga. Resultó estafado y estaba caliente con Gallo Ramírez.
La noche de los hechos, este último robó una maceta de su sitio de trabajo para cambiarla por estupefacientes. Buscó nuevamente a Beto, pero no quiso hacer negocio.
"Para qué esa maceta. Vaya véndasela a Daniel, que él le da tres papeletas por eso", le contestó. Gallo Ramírez se fue a buscarlo en el sector de Rancho Viejo, pero no lo encontró. Se devolvió y Beto decidió acompañarlo.
"Venga detrás de mi, pero no se me pegue mucho", le advirtió. Así lo hizo la víctima. En el video declaró que vio cuando Daniel, escondido en un matorral, le pasó un arma a Beto.
"Me va a asustar", atinó a decir. "Vea gonorrea", contestó el hoy condenado y empezó a dispararle. El afectado recuerda que fueron unos cinco disparos. Sintió un quemonazo en el pecho, le pidió que no lo matara, se tiró hacia un costado y arrancó a correr.
Ahí fue donde se encontró a Mataco y le contó lo sucedido. Luego lo llevaron al centro hospitalario. En el juicio, testigos indicaron que varios jíbaros le tenían ganas a Gallo, pues "les vendía cosas robadas a cambio de vicio y los calentaba. Los distribuidores terminaban perdiendo todo".
El afectado y los tres testigos quisieron cambiar su declaración. Aseguraron no recordar el atentado. Incluso, el herido señaló que "las autoridades lo amenazaron con cargarlo con droga si cambiaba la versión".
El Tribunal Superior manifestó que era curioso que los testigos y la víctima no recordaron el atentado, pero sí lo de la maceta y el computador. Además, hizo referencia a la declaración que quedó en video, piezas clave para ratificar la decisión.
La víctima se dedica a la ornamentación. Reconoció ser adicto a los estupefacientes y tener también amenazas de sujetos de Bolivia (Pensilvania).
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