16 años de cárcel por violar a una menor, de 12, en La Dorada

LA PATRIA | MANIZALES

Juan Diego Murillo Virguez pagará 16 años de condena, según lo confirmó en segunda instancia el Tribunal Superior de Manizales, por acceso carnal violento agravado.

Según el relato de la Fiscalía de La Dorada, Murillo Virguez, en mayo del 2017, era vecino de una menor, de 12 años.

“La llamó para un caño cerca de su casa, donde le preguntó si era virgen, la tomó del cabello y la obligó a practicar vejámenes. Después le bajó el pantalón mientras ella se negaba y trataba de soltarse. La accedió, le expresó: ´ya no es virgen´, y luego se retiró del lugar, cuando le sonó el celular”, contó el ente acusador.

En audiencia negó cargos y le dieron medida de aseguramiento. En agosto de 2019 lo condenaron, pues se le dio credibilidad al relato de la menor como testigo presencial.

Una vecina le contó a la mamá de la menor que la vio llorando y gritando. Cuando la progenitora la abordó, le contó lo que había pasado. Tras la captura del abusador, la familia de la agredida fue víctima de acosos y ultrajes de los allegados al sindicado.

Los profesionales que examinaron a la menor argumentaron que si bien la niña y el acusado pudieron haber sostenido un noviazgo o ella sentir atracción por él, esto no lo facultaba para realizar actos sexuales en contra de su voluntad y menos tratándose de una joven, de 12 años.

La defensa del señalado explicó que a la menor le gustaban los hombres mayores y que buscaba no solo a Juan Diego, sino además a un profesor y a una persona de su iglesia que daba clases de piano. Indicó que los señalamientos eran porque su cliente no le paraba bolas.

El Tribunal confirmó la sentencia y que no tiene ningún eco la tesis sobre que a Murillo Virguez lo acusaron del delito como retaliación de la menor por ignorarla.

“Juan Diego, de 27 años en ese entonces, se aprovechó de la situación de vecindad, confianza, inmadurez y la atracción que por él experimentaba una menor de 12, con la que incluso se besaba a escondidas en una presunta e indebida relación de noviazgo. Es un testimonio que se muestra verosímil por su riqueza en detalles y la sinceridad que traslució la menor declarante”.

La menor víctima había sostenido un noviazgo pasajero con su agresor.