¡ Ay…! Qué bonita que es la vida… Aunque a veces duela tanto…
Acordes, imágenes en remolino revoloteaban en el recuerdo… ¡ Mamá Nena, Papá Zaro…!
Flores, aromas y muchos afectos, sentimientos alrededor del ara santa que nos congregaba, desde donde con los brazos cruzados, nos cobijaba tu mirada y tu proverbial sonrisa…
Te saliste con la tuya queriendo venir a descansar en esta otra tu tierra, que otrora y hoy, viera crecer y fortalecer a los tuyos. Las Giraldo, los Ocampo y los Santamaría…
Viejos recuerdos, que parecen carecer de espacio y tiempo, entre los chirridos de las sirenas y los rieles del ferrocarril. Una lluvia de flores blancas rodearon tus cenizas, reposando en las cálidas tierras vallecaucanas…
A pesar de la nostalgia, flotaba la misma alegría como cuando recibíamos los regalos del Niño Dios sobre las sillas o bajo las almohadas… No te habías ido, estás en nuestros corazones como gasa perfumada y aérea…!
Con mucho afecto.
HH.Palacio