El jueves 17 de julio falleció en Manizales el ingeniero Iván Ocampo Cruz, a la edad de 59 años, a causa de un paro cardíaco. La misa con sus cenizas se celebró en el templo Nuestra Señora de los Dolores, donde fue acompañado por sus familiares y amigos que deploran su ausencia.
Iván era el sexto, de siete hijos, del hogar formado por el ingeniero Jaime Ocampo Avendaño y Esperanza Cruz de Ocampo, quien falleció hace cuatro meses. Cursó su bachillerato en el Colegio San Luis Gonzaga y se graduó como ingeniero civil en la Universidad Nacional de esta ciudad.
Ejerció su profesión con responsabilidad y se destacó por su amor y entrega al trabajo. Hace 20 años, un absurdo accidente de tránsito, ocasionado por un inexperto conductor que iba con exceso de velocidad, lo tuvo al borde de la muerte, pero, por designios de Dios, lo volvió a la vida, no en vano, para que cumpliera la misión de acompañar y cuidar a nuestra madre, a la que le dedicó todos los días de su vida, como el más querendón de sus hijos.
Poseía un aura de ternura y calor humano que desbordaba cuando se encontraba con sus amigos y seres queridos. Queda en nuestra memoria como ejemplo de fortaleza, valentía y superación ante la adversidad, era una persona digna de admiración.
Querido Iván: nos diste una lección de vida y coraje. Siempre te preocupaste por tus hermanos y sobrinos, fuiste un ser maravilloso, como lo manifestó Santiago en su hermoso discurso para ti, cuando dijo que "eras un ángel de luz". Gracias por ser como fuiste con mi mamá, gracias a ti, ella se sintió feliz, acompañada y segura con tu presencia hasta el final. Gracias por abrazarnos fuerte cuando nos visitabas, se sentía el inmenso amor y cariño que sentías por todos nosotros. Cuando mi mamá partió, aparentabas tranquilidad, pero sabemos que en el fondo de tu alma sentías la soledad por su ausencia, aunque no nos lo manifestaras.
Fuiste un ser maravilloso, todos estamos tristes con tu inesperada partida, Luz María, Carmenza, Darío, Ricardo, nuestros esposos, nuestros hijos que te quieren inmensamente, parientes, amigos del colegio que te acompañaron en el funeral, tu novia Luz Marina y tu gran amigo Mauricio, pero nos consuela el hecho de que ya descansas en paz, al lado de mi mamá, quien por la gracia de Dios no te quiso dejar solo; de mi papá, y de nuestro querido hermano Fernán, y demás familiares que se marcharon hace tiempo y que gozan de la presencia de Dios.
!Te extrañamos y te
queremos mucho!
Esperanza
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