Hombre Rodrigo, no solamente me asombrabas con las ilustraciones que hacías para la revista Caminos del turismo y del café, sino que también tenías que sorprender muriéndote así, de buenas a primeras. Cuando nos despedimos ese día, saliste alegre y con el "bombillo encendido" -como me lo expresaste- para realizar las ilustraciones que te había encargado para la próxima edición de Caminos. Te cuento Rodrigo que te quedaron espectaculares.
Cumplido como siempre, hasta para morirte. Tu hermana María Helena me llamó muy triste a contarme que te habían hospitalizado y que con ella me habías dejado el encargo y que posiblemente eran las últimas, y las últimas fueron. Qué falta que nos vas a hacer Rodri, en verdad querido amigo, los caminos de la vida no son como los pensamos, ni como los imaginamos y mucho, muchísimo menos como uno los creía.
Ahora en verdad siento el dolor por la falta del amigo, del artista, del hombre probo que renunció a todo después de haberlo tenido a manos llenas, solamente buscando mostrar la verdad. Pero así es la vida ¿o la muerte?
Me uno de todo corazón al dolor que embarga a sus hermanas: María Eugenia, María Helena, y Leonor, extensivo a sus amadas sobrinas: Blanca Patricia, Elsa Victoria, María Helena, Silvia Helena, Andrea, Carolina, Manuela, Juanita, María Alejandra y María del Mar. Con todo mi corazón, Carlos Alberto Sarmiento Estrada.
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