B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | ARAUCA (PALESTINA)
El 23 de diciembre del año pasado, Whitney recibió lo que considera el mejor regalo del mundo.
Sus padres le obsequiaron para su cumpleaños número 14 el registro civil con su nuevo nombre, el que eligió cuando hizo el tránsito de hombre a mujer.
Niña o Whitney, como le dice Yolanda, su mamá, hace parte del grupo de 246 personas, entre adolescentes y adultos jóvenes, que en Caldas hacen el proceso de reasignación de sexo. Esto no quiere decir que todos lo terminen, pues según el médico y sexólogo Javier Gómez Puerta, adscrito a la Dirección Territorial de Salud de Caldas (DTSC), son muchos factores que se deben tener en cuenta, no todos de índole sexual, sino psicológica.
De acuerdo con las cifras que maneja la DTSC, en el departamento hay 39 personas que en estos dos años completaron el protocolo de reasignación genital, 11 de estas el año pasado.
Entre los mitos que existen frente a este tema, el experto en sexología manifiesta que es común el rechazo en la familia. “A veces las personas creen que lo que uno es como persona es el cuerpo y aunque la mayoría de las veces es así, con otros no sucede lo mismo, y es lo que impacta”.
Expone que en los niños esa incomodidad que manifiestan con su cuerpo es una disforia –nací con este cuerpito macho, pero siento que soy una mujer-. Gómez Puerta aclara que esto no quiere decir que tenga una identidad femenina, porque esta no se construye en la infancia, sino que requiere del despertar hormonal y de experiencias de vida.
Por ejemplo, Whitney cuenta que desde que tiene uso de razón ha querido ser chica. “Recuerdo que jugaba con disfraces y con la ropa de mi mamá. Me encantaba ver revistas de modelos, princesas y anhelaba ser como ellas”.
Una vez, dice, le comentó al psiquiatra y él la remitió donde la sexóloga. “Aún estaba muy joven, no podía hacer mucho, tuve paciencia y esperé hasta que ya se dio”.
Para el sexólogo, las personas que tienen estas disforias desde temprana edad es probable que terminen configurando la identidad antes de los 20 años, más o menos a los 14, pero no en la infancia.
Por eso recalca, sobre todo a los papás, cuidadores y profesores, que es válido que niñas y niños tengan roles distintos, ella goleadora y él con una actitud de acompañamiento a los demás. Sí les debe llamar la atención cuando manifieste que está incómodo con su cuerpo y es cuando lo deben remitir a los servicios de salud para que comience con el diagnóstico de disforias de identidad, que es un acompañamiento por psicología, psiquiatría infantil y, dado el caso, por sexología.
“En este momento en Colombia el protocolo se puede iniciar desde los 12 años, pero no para un cambio de genitales aún, y al cumplir los 14 y con el aval médico, decida si quiere hacer la parte quirúrgica”.
Whitney es alta, esbelta, su cabello ensortijado siempre va con una moña. Está en noveno grado y el 26 de abril pasado acudió al plantel educativo con su nuevo uniforme, falda y camiseta.
Ese día la Corporación El Faro la acompañó y socializó con los compañeros de la adolescente este cambio.
En su casa le hicieron una ceremonia de entrega del uniforme, en el colegio los compañeros la aplaudieron, sus padres hablaron y entre todos prepararon carteleras de bienvenida.
“Mis papás me aceptaron siempre y mis amigos lo hicieron desde antes de hacer el cambio; sin embargo, a mi mejor amiga le costó un poco”, comenta la joven.
Lo que sí destaca es que en el pueblo, Arauca (Palestina), siempre hay discriminación. Hay burlas, miradas, pero dice que ya se acostumbró, lo que corrobora Yolanda. “Me incomodaba cuando se burlaban, como mamá esas cosas duelen, pero si hago un balance creo que le ha ido bien”.
Whitney es muy casera y no tiene muchos amigos. Quiere estudiar medicina o enfermería. Ahora estudia inglés en el Colombo Americano, porque entre sus planes está salir del país.
La adolescente destaca que el servicio de salud ha acompañado este tránsito. Ha recibido apoyo psicológico, psiquiátrico y de sexología. Recibe tratamiento con el genetista y el endocrinólogo, y comenzó a recibir hormonas. Ahora su problema, dice, es la voz.
El nombre, la falda del uniforme y los vestidos son sus primeros logros, y ahora va por más.
Alcanzar estos cambios no fue tarea fácil, fue un proceso que se decantó en los últimos cuatro años.
“Realmente todo es igual. La única diferencia es que ahora se viste y se trata como mujer”, sostiene Yolanda.
Tal vez no fue una sorpresa, solo que ellos no tenían idea de que había personas transgénero o transexuales. “Pensamos que iba a ser homosexual. El no saber las cosas nos hizo daño. Si hubiéramos conocido del tema antes, Whitney llevaría por lo menos siete años como chica”, anota Yolanda.
Esa persona que a los seis años les dijo que quería ser mujer hoy recibe el acompañamiento de su familia, amigos y compañeros para lograr lo único que para ella es importante, “ser feliz”.
El mensaje de esta familia para otros padres es claro: acepten a los hijos tal y como ellos se sientan. “Que entiendan que lo único que deben esperar es que su hijo sea feliz, que se sienta cómodo y brindarle apoyo para que salga adelante, sin importar la diferencia”, manifiesta Yolanda.
“Es una ventaja que mi esposo y yo tenemos, no nos importa el qué dirán, eso ha facilitado el cambio de Whitney. Sé que hay papás que no los apoyan y es tan duro cuando no los aceptan que muchos se suicidan”, relata la madre.
La médica Juliana Galvis, coordinadora de atención médico legal de las personas transexuales e intersexuales, a través del Instituto Caldense para el Género y la Diversidad explica:
La atención comienza con el médico general y es quien remite a los demás profesionales: psicólogo, psiquiatra o sexólogo, lo que permitirá continuar con el protocolo para dar trámite a un diagnóstico efectivo. Esto facilitará que siga su proceso con otras especialidades de la medicina para iniciar, por ejemplo, un tratamiento de terapia hormonal y por consiguiente con cirugías, de acuerdo con la condición que plantee psiquiatría.
La Corporación El Faro con el apoyo de la Secretaría de Salud de Manizales y la Territorial de Salud de Caldas invitan a la jornada que se desarrollará hoy en el Fondo Cultural del Café desde las 8:00 a.m. hasta las 12 m. y desde 2:00 p.m. a las 4:00 p.m.
Carlos Buriticá, de la Corporación El Faro, explica que quieren hablar de los niños y niñas trans, para que tengan acceso a los servicios de salud, educación y que puedan continuar en un ambiente escolar ameno, que les brinde garantías.
Orientación sexual: Se refiere precisamente hacia quien se dirige el deseo sexual, quien nos atrae sexualmente, la
orientación sexual puede ser heterosexual, homosexual o bisexual.
Rol de género: Es la manifestación pública de la identidad de género.
Género: Hace referencia a la condición legal, social y personal de uno o una, como masculino o femenino, basado
en criterios somáticos y conductuales.
Identidad de género: Es la experiencia íntima de sentirse hombre o mujer, es el sexo psicológico.
Sexo: Calidad de hembra o macho, hace referencia a aspectos biológicos.
Distrofia de género: Estado subjetivamente experimentado de incongruencia entre la anatomía genital y la identidad sexual o sexo psicológico.
Transvestismo: Expresión comportamental de la sexualidad en la que el individuo obtiene satisfacción al utilizar prendas o maneras que se consideran características del otro género.
Foto | Corporación El Faro| LA PATRIA
El 26 de abril acudió al colegio con su nuevo uniforme. Sus compañeros, previa socialización, le dieron la bienvenida.
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