Blanca Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
Si prospera el proyecto de ley que lidera el senador liberal Juan Manuel Galán, Colombia sería el segundo país latinoamericano, luego de Uruguay (donde también se permite el uso recreativo), en permitir el uso de la marihuana con fines de investigación científica y elaboración de productos terapéuticos y medicinales.
Esta propuesta ya obtuvo el apoyo del presidente Juan Manuel Santos, aunque también un rotundo rechazo del procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez, quien aseguró que si se reglamenta su uso con fines medicinales, después vendría la legalización para el consumo recreativo.
A pesar de que son escasos los estudios, las dudas que despierta el proyecto cuestionan qué tan eficaz es la sustancia para mitigar los eventos adversos de ciertas enfermedades y cómo afecta la parte psíquica de los pacientes.
Federico Ocampo, anestesiólogo y experto en el manejo del dolor, alertó sobre el hecho de que no encuentra efectos extraordinarios en el uso de la planta con fines medicinales.
Para Ocampo es más un mito urbano, porque sus efectos farmacológicos no superan a los que producen los medicamentos convencionales. Lo que sí reconoce es que habrá casos en que el alucinógeno pueda ser útil. Sin embargo, afirma que el hecho de que sea natural no lo libra de sus efectos adversos.
Según el anestesiólogo, hasta ahora solo los medicamentos Nabilona y Dronabinol, utilizados en Estados Unidos y países europeos; y basados en los extractos purificados de la cannabis, fueron aprobados para el tratamiento de las náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia, porque actúan específicamente en el área afectada, sin comprometer la parte psíquica de quien los usa.
Otra interrogante que plantea es cómo aplicarla para obtener beneficios terapéuticos.
El médico Tulio Marulanda, sostiene que si la marihuana, en lugar de estar en el campo judicial y punible, pasa al campo de la salud y la educación, podría ser regulada para emprender campañas pedagógicas sobre su buen uso y buscar alternativas no dañinas.
Asegura que la regulación de la producción y el comercio es el camino, tanto para el consumo terapéutico, bajo la orientación de la academia y de los médicos, como para el uso recreativo, para el cual se podrá instruir a las personas sobre cuál es la mejor forma.
Según Marulanda, muchas de las posibilidades terapéuticas podrían haber sido desvirtuadas o confirmadas si se pudiese hacer investigación con mayor libertad.
“Se debe mirar cuáles son los riesgos y peligros, cuáles los beneficios y los potenciales usos. Es decir, mirar el asunto desde un punto de vista científico y actuar en consecuencia. En el caso de la marihuana, muchas cosas buenas se podrán lograr si se educa a la población para prevenir los males que podría producir”, concluye.
Marulanda comparte ciertos estudios sobre la planta, que aunque han demostrado alguna eficacia, también han generado debates sobre su aplicabilidad.
1. Se ha comprobado su utilidad en pacientes con párkinson, ya que contrarresta los efectos adversos del medicamento Levodopa, que les provoca alteraciones del movimiento.
2. En la enfermedad Corea de Huntington (el paciente no puede controlar sus movimientos, que se asemejan a un baile, y termina desarrollando demencia), también se ha utilizado con éxito. Lo mismo que en las distonías (movimientos repetitivos a veces dolorosos) que producen algunos antipsicóticos.
3. Mejora la rigidez de los músculos contraídos, sobre todo en pacientes con esclerosis múltiple, con neurona motora superior, bien sea por una herida o un accidente cerebrovascular.
4. En el control de dolores como el de la causalgia (dolor y quemazón) y la fibromialgia (dolores musculares y fatiga), en los asociados a la neuralgia del trigémino y en los relacionados con cáncer, porque hay muchos sitios en el sistema nervioso donde los cannabinoides interfieren con la conducción del dolor.
6. En la epilepsia, porque aumenta la actividad de ciertos neurotrasmisores que disminuyen la actividad convulsiva.
7. En el sistema inmune ha demostrado que tiene efectos no solo inmunodepresores, sino antiinflamatorios.
8. Como broncodilatador, pero no fumada, porque el humo irrita y produce broncoespasmos, pero por vía oral podría ser de utilidad en el manejo del asma.
Algunos estudios indican que el manejo terapéutico y medicinal de la marihuana data desde hace cinco mil años. “La farmacopea más antigua es la del emperador chino Shen-Nung (2737 a. de C.), que consignaba cómo el cáñamo (marihuana, cannabis) era útil para el dolor de cabeza, las inflamaciones y la disentería (diarrea), y desde hace tres mil años hay recetas terapéuticas que aún se utilizan en la India”, explica Marulanda.
Estas aplicaciones se suspendieron en ciertos países, luego de que los Estados Unidos, mediante la promulgación de la “Marihuana Tax Ac” en 1937, consideró ilegal el uso de la sustancia.
Años más tarde, en 1960, se da el primer hito en el conocimiento terapéutico y es cuando se descubre que posee 400 principios activos, de los cuales 60 son cannabinoides. 20 años después encuentran que el ser humano tiene en el organismo un sistema endocannabinoide, "es decir, producimos dos moléculas similares a las que posee la marihuana, que en nuestro organismo cumplen funciones fisiológicas en sitios específicos de los sistemas nervioso, endocrino e inmune", explica el experto.
La regulación es el camino para aprovechar las virtudes de la planta con fines medicinales. La discusión sobre el uso recreativo vendría después. Esta es una realidad que no podemos ocultar, por eso creo que es un buen primer paso a favor de la regulación, que permitiría más investigaciones científicas, no solo en el espacio de salud, sino en el campo social, lo que ayudaría a tener una visión más completa. Hasta ahora la política que se ha creado frente a la marihuana es tabú, lo que ha generado ignorancia.
Desde el punto de vista de la salud pública, Marulanda aclara que la marihuana o cáñamo es mucho menos dañina que el alcohol y el cigarrillo; sin embargo, tampoco es inocua si se consume en exceso:
a. Inhalada podría producir bronquitis y potencialmente puede producir enfisema.
b. Por el consumo agudo podría producir ataques de pánico.
c. Trastornos de ansiedad.
d. Enfermedades psicóticas, como esquizofrenia en pacientes predispuestos.
e. Síndrome amotivacional, que no es una patología tipificada, pero que se caracterizaría porque la persona pierde el deseo de sobresalir y está menos preocupada en su presentación personal.
f. Altera la memoria reciente y sufren deterioro de la coordinación y, sobre todo, de la capacidad de desempeñar tareas complejas.
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