Stefany persevera en su tratamiento

Elizabeth Restrepo Rojas

LA PATRIA | Manizales

A Stefany Cifuentes Campuzano el peinarse se le convirtió en un proceso tortuoso. Pasar el cepillo por la parte derecha de su cráneo le molestaba.

Mayra, su mamá, ante las continuas quejas, puso especial cuidado. La estudiante de segundo grado del Colegio San Jorge indicaba, además, la existencia de una protuberancia circular en el lado derecho de su cabeza. El abultamiento crecía y su madre tomó cartas en el asunto.

El primer diagnóstico médico mostró que Stefany tenía una infección en el cuero cabelludo, pero la mamá no quedó contenta con el dictamen y solicitó una nueva revisión. Su intuición le decía que había algo más. Después de ciertos exámenes especializados determinaron una cita con un neurocirujano.

Fue así como llegó donde Juan Pablo Salgado, quien de inmediato solicitó una intervención quirúrgica para la niña. Había que extraer una muestra de la masa, que ya empezaba a perforar el cráneo, para saber qué aquejaba a la menor de siete años.

El 7 de julio del 2014 operaron a la manizaleña y la porción extraída fue enviada a la Fundación Santa Fe en Bogotá. Tuvieron que esperar hasta el 28 de agosto del mismo año para conocer el resultado final: Stefany tenía histiocitosis X, un tipo raro de cáncer que afecta a dos de un millón de niños en el mundo.

A la fecha, Stefany pasó por 14 sesiones de quimioterapia y deberá seguirlas hasta diciembre del 2015. Toma medicamentos para tratar su patología y está pendiente de una nueva revisión, porque algo de la masa maligna ya se diseminó por el cuello.

Sin embargo, advierte que debe seguir muy juiciosa con el tratamiento: “No puedo parar, debo seguir para aliviarme. Así lo deben hacer los demás niños que estén enfermitos. Lo mejor es tomarse los medicamentos y portarse bien en las quimioterapias”, dijo.

Para Mayra, este es un proceso muy difícil en el que cuenta con el apoyo de Fabio Nelson, su esposo. Ella recalca que su fuerza la encontró en la actitud que tomó la niña frente a la enfermedad: “La fortaleza con la que mi niña afrontó esto, me da ánimos y no me deja desfallecer. La energía que le pone la niña a su tratamiento no se lo coloca nadie”.

Desde lo médico

El cuidado que Mayra tuvo con su pequeña es una petición que hacen los especialistas en oncología pediátrica, ellos recomiendan a los padres de familia estar muy alertas con sus hijos, con los síntomas que ellos refieran y los signos que puedan ver en los menores. Advierten que puede ser una enfermedad silenciosa difícil de detectar.

“Si los niños no están bien, los padres deben llevarlos al médico y si dudan del diagnóstico recurran a una segunda opinión, ya que hay profesionales que pueden desconocer qué está pasando. Si los síntomas persisten no se cansen de preguntar hasta saber exactamente qué tienen”, aconseja Bibiana Villa Rojas, oncóloga pediátrica, egresada de la Universidad Javeriana.

“Fiebre elevada persistente, pérdida de peso sin causa clara, dolores de cabeza que no mejoran, dolores en los huesos sin aparente razón, sangrado en la piel sin motivo y también en vía nasal y oral son situaciones que pueden presentar los niños que sufren cualquier tipo de cáncer”, apuntó la oncóloga.

Villa Rojas pide seguir estrictamente los cuidados sugeridos en caso de ser diagnosticado, sobre todo en la alimentación: “Los medicamentos que se les aplican son muy tóxicos y afectan los riñones, ya que es por esa vía que hacen la eliminación. Por tal motivo es importante también lo que comen, ellos no deben ingerir alimentos crudos y lavar todo muy bien. Deben descartar la comida chatarra que tanto les gusta y las gaseosas”.

Desde lo psicológico

El psicólogo Juan Carlos Salazar, especialista en oncología, subraya que no todos los menores de edad toman la enfermedad de la misma manera: “Los niños tienen unas edades evolutivas y dependiendo de ellas toman o asumen la enfermedad”.

Salazar aclara que en este tipo de pacientes hay que diferenciar sus rangos de edad para determinar el tratamiento que desde su profesión se debe seguir: “Hasta los cinco años entienden la enfermedad como si fuera un juego, la asumen en medio del dolor que tienen los papás y familiares. De los seis hasta los 10 años están en la etapa del por qué, de preguntar todo. Ya de 11 años en adelante, la situación es más complicada ya que al problema del cáncer se le suman los de la preadolescencia y la adolescencia”.

El psiconcólogo recomienda siempre hablar con la verdad a los pacientes: “Hay que decirles qué tienen y hay que explicarles que simplemente es un proceso biológico que está sucediendo en el cuerpo, que la enfermedad es delicada y que se tienen que cuidar”.

Según Salazar, otro aspecto a cuidar en los niños con esta patología es el emocional: “Llegan a tener muchos miedos y es normal que sufran de un trastorno de sobreprotección. Pero también hay otros que maduran mucho. Por lo regular tienen un concepto de vida muy diferente y disfrutan su existencia”, concluyó.

Recomendaciones

Esté al pendiente de cómo se ve su hijo. Busque ayuda médica si nota alguna anomalía. Procure que su hijo tenga un estilo de vida sano y una correcta alimentación, esto disminuirá las posibilidades de desarrollar la enfermedad:

* Proporcione una dieta rica en frutas y verduras. Lave bien antes de consumir.

* Evite que consuman cantidades elevadas de grasa y asados en parrillas. Este tipo de alimentos están en contacto con unas sustancias denominadas benzopirenos, elemento precursor del cáncer.

* No permita que se alimenten con productos ahumados. Estos reportan nitrosaminas, sustancias cancerígenas.

* Reemplace la proteína animal por la vegetal.

* Evite las bebidas gaseosas y los líquidos con edulcolorantes.

* Trate la obesidad. Las personas con sobrepeso tienen más posibilidades de padecer tumores.

* Facilite suplementos vitamínicos, esto hará más fuerte a quien los consuma.