Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
El choque cultural y económico que tuvo Adriana* al ingresar a cuarto grado en el Colegio Santa Teresita de Chinchiná, le pasó factura desde lo académico. La situación era tan complicada en su casa, desde lo monetario y emocional, que la menor terminó repitiendo el año escolar.
Venía de otra ciudad y no se adaptaba al nuevo ritmo. Sus compañeras criticaban su forma de ser, los elementos que llevaba a clase y, en cierto sentido, se la gozaban porque no tenía los mismos conocimientos frente a las materias habituales. Estaba algo atrasada.
Para acabar de completar a su familia la plata le estaba siendo escasa y lo que llegaba había que destinarlo para lo fundamental. Su madre, cabeza de familia, no contaba con mayor ayuda del padre de sus dos hijas, como podía les daba lo básico. Ella notó los esfuerzos que su progenitora hizo por sacarlas adelante, pero el reflejo negativo se vio en la escuela.
Impacto y comunicación
A Lorena Aguirre Aldana, psicóloga especialista en neuropsicopedagogía, se le preguntó por los efectos que puede tener en la personalidad -principalmente- la desigualdad económica de un alumno frente a otros pares.
"Los estudiantes cuando ingresan a una institución educativa requieren de diferentes implementos o hay actividades para acceder y no pueden. Pueden verse alumnos retraídos o que evidencien episodios de ansiedad. En algunos casos hasta problemas de comportamiento o conducta", subrayó.
La especialista indicó que los niños no ven tanta diferencia en los grados iniciales. Contó que a medida que van pasando los cursos, notan más esas desigualdades sociales. Comentó que cuando no hay unas pautas pertinentes de la familia o la escuela, los estudiantes no interpretan bien el entorno.
"A veces casi que se ve una especie de fronteras invisibles dentro del aula, se empiezan a hacer unos grupos. Los pares se pueden juntar por otras condiciones. El no tener un material que el profesor pida o no tener con qué hacer una salida académica puede afectar el rendimiento académico", añadió Aguirre, que cursa una maestría en psicología de la educación.
La experta resaltó que es muy importante que los padres mantengan una estrecha comunicación con los niños y adolescentes. Dijo que pueden hablarles de hasta dónde llega su poder adquisitivo y decirles cuáles necesidades les pueden suplir.
"Hay instituciones que dan becas y en eso pueden influir las indicaciones que den los padres. Tal vez esa educación les brinde otras posibilidades en el futuro. Esas oportunidades se deben aprovechar, pero ubicados en su realidad personal. Hay que valorar las habilidades académicas que tienen para adquirir", apuntó.
Afectación en el momento
Si no se le hace un correcto acompañamiento, según la psicóloga, el alumno va a tener dificultades de atención y otras conductas perturbadoras alrededor de lo que está ocurriendo.
"Igual también hay casos muy exitosos, en lo que son muy queridos por sus compañeros. Van librando estrategias de adaptación. No tendrán posibilidades económicas, pero se convierten en líderes, en los más colaboradores, en los mejores estudiantes, etc".
Aguirre dijo que los menores, cuando no se da ese proceso de adaptación, pueden manifestar su inconformismo con distracción en clase, que puede notárseles retraídos.
"Otros muestran conductas disruptivas (interrupción brusca). Se vuelven violentos, buscan llamar la atención de otra manera. Fácilmente puede ser el chistoso de la clase, el que no se la deja montar o ser agresivos", explicó.
En el futuro
Aguirre valoró los efectos que esta desigualdad podía tener en la adultez. Explicó que la situación no siempre dejaba huellas negativas y que variaba de un sujeto a otro.
"Ahí entra en juego la resiliencia (capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas). Hay chicos que toman estas situaciones y buscan estrategias para no volver a vivir lo mismo. Hayan la forma de seguir adelante y superarlo", concluyó.
* El nombre de la protagonista de la historia fue cambiado por solicitud de la fuente.
Ayuda
"Hoy las instituciones tienen equipos de apoyo entre los que se cuentan psicólogos, terapeutas, docentes, etc, con los que se puede buscar acompañamiento en el proceso de adaptación. Las secretarías de educación también tienen equipos de profesionales. Se pueden utilizar", aconsejó la psicóloga Lorena Aguirre Aldana.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
Lorena Aguirre Aldana.
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