Vanessa Sánchez
LA PATRIA | Manizales
Durante muchos años se pensó que los hijos únicos serían niños egoístas, difíciles y que tendrían menos tolerancia a la frustración y capacidad para resolver conflictos con sus pares. Maria José, de 6 años es prueba de ello. Su madre dió a luz a sus 39 años y la posibilidad de darle otro hermano era un riesgo para la naturaleza.
Para Gloria, mamá de la pequeña, el deseo de que su hija creciera como ella en una familia de siete hermanos era un imposible. Sentía temor de que la niña no fuera feliz o no socializara de la manera en que ella o su esposo lo hicieron. “Uno creería que son niños egoístas, pero los primos y los amigos del jardín son sus mejores aliados, comparten juegan y hasta pelean. En esta época tener más de uno es un riesgo. La plata y la crianza atemorizan”, comenta.
La inquietud de muchos padres cuando deciden tener un hijo único es cómo será su desarrollo emocional y su capacidad de relacionarse con el mundo. ¿Crecerán frustrados, solos, tristes o egoístas? son las preguntas que se hacen para saber si tomaron la decisión correcta.
Lo cierto, es que hoy las parejas planean su vida de forma más racional. Las exigencias económicas, las altas tasas de divorcio, el ascenso de la mujer en el mundo laboral y el impacto de la superpoblación han provocado que muchas familias lo piensen dos veces antes de embarcarse en un segundo hijo.
Según la psicóloga infantil, Gabriela Sánchez, el hecho de ser hijo único no es un elemento que define por sí solo el futuro de un niño. Su evolución, como la de cualquier otro, depende de la educación que le den sus padres.
“El hijo único puede tener un desarrollo tan sano como el de una persona con hermanos. Algunos problemas que experimentan los niños, como la dependencia de los padres, el consentimiento, la sobreprotección, introversión, etc, no son sólo características de los hijos únicos. Se deben, en la mayoría de las veces, a la manera como los padres los educan”.
Agrega que la mayoría de estos niños comparten la mayoría del tiempo con adultos y por eso reciben más atención, de ahí la probabilidad de que sean más llevados de su parecer, pero no es un impedimento para que socialicen con los niños de su edad. Para la especialista la rivalidad entre hermanos no es necesaria para ayudarlos a resolver problemas. “El tener compañeros de clase y amigos cumple la misma función”, añade.
No están solos
Otro tema que les preocupa a las parejas es que sus hijos se sientan solos. Sin embargo, según la experta la soledad no siempre es mala y muchas veces ayuda a fortalecer el carácter de los niños y la autonomía con que a futuro tome sus decisiones.
“Los padres deben evitar los excesos de tiempo y de atención para no perjudicarlos. Normalmente, estos niños crecerán con la idea de que son los reyes o las reinas de la casa y por eso tienden a ser manipuladores, llevados de su parecer o el padre tiene que ser permisivo para darle gusto”, enfatiza Gabriela Sánchez.
Lo ideal, como en las familias donde hay más de un hijo, es estabñleer reglas, enseñarles a compartir y poner los límites.
Lo positivo y lo negativo
Las psicólogas María Elena López y María Teresa Arango en su libro El hijo único: Consejos para la crianza de un solo hijo concluyen que muchos eligen esta opción para brindarles mejor educación y mayor bienestar económico a los pequeños. Aquí destacan algunas ventajas y desventajas de esta condición:
1. No tienen que compartir el afecto de sus padres con otros por lo que casi siempre logran desarrollar una fuerte autoestima.
2. El ambiente en el que crecen es más tranquilo. No compiten por los recursos con otros hermanos y tienen menos pelea-
3. Establecen una relación más temprana y cercana con sus papás, por ello tienen una personalidad definida y mayor desarrollo intelectual.
4. Un estudio publicado en 2013 en la revista The National Bureau of Economic Research, en Estados Unidos, reveló que les va mejor en el colegio, tienen mayor coeficiente intelectual y se sienten más estimulados por sus padres. “Los hijos únicos suelen tener más oportunidades educativas y mayores recursos para estudiar. Además maduran antes de tiempo porque conversan con adultos desde pequeños y esto los ayuda a enfrentar mejor los conflictos”, señala el estudio.
5. Las psicólogas manifiestan que los papás también disfrutan ciertas ventajas al criar solamente a un hijo. La principal es que tienen menos niveles de estrés porque sienten que pueden dedicarles mucho más tiempo y no tienen remordimientos por tener un favorito, como sucede en las familias más grandes.
6, La clave está en que sepan que la personalidad de su hijo depende exclusivamente de los padres y que deben mantener un límite para no sobreprotegerlos ni complacerlo excesivamente.
7. No les exija demasiado ni asuma que siempre necesita compañía. “Es importante que comprendan que es una persona independiente y que deben organizar su vida de tal modo que le permitan crecer y desarrollar su propio mundo”, afirma López.
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