Fatiga y labios azules, síntomas de hipertensión pulmonar

B. Eugenia Giraldo

LA PATRIA | MANIZALES

Falta de aire, labios morados y cansancio extremo, fueron los síntomas que alertaron a María, de 45 años, de que algo no funcionaba bien. Pensó que era asma, para su sorpresa el cardiológico, le dictaminó hipertensión pulmonar (HP).
Esta enfermedad, que aumenta la presión arterial en los pulmones, puede causar la muerte. Según los expertos, sólo 55 personas por cada millón de habitantes en el mundo la desarrollan.
Según Diana Guerrero, médica experta en temas cardiopulmonares, la HP es una compleja, rara, grave, crónica y progresiva.
Según explica, esta patología se da cuando las arterias, que llevan la sangre del corazón a los pulmones, se vuelven más gruesas y rígidas lo que dificulta el flujo por los vasos sanguíneos y produce una dificultad para respirar.
Agrega que esto hace que el ventrículo derecho del corazón, encargado de enviar la sangre oxigenada a los pulmones, aumente su tamaño, se debilite y pierda su habilidad de bombear suficiente sangre; lo que puede generar insuficiencia cardíaca e incrementar el riesgo de muerte. “Se conoce como una enfermedad potencialmente mortal, porque lesiona los pulmones y el corazón, ya que de tanto esforzarse la persona termina con falla cardíaca”.

Compleja

Sobre los riesgos para sufrir esta patología, la experta explica que como es bastante compleja hay cinco tipos diferentes y en cada tipo hay un grupo de enfermedades clasificadas que se relacionan con otras.
Hay enfermedades congénitas del corazón, pulmonares, hereditarias, de causas desconocidas, por medicamentos y hasta por tromboembolismo crónico.
Guerrero asegura que hay que estar atentos para consultar al médico en caso de que le falte de aire, se pongan los labios morados o haya hinchazón.
“Como esta enfermedad es progresiva, al comienzo no se detecta a tiempo la dificultad para respirar, pero a medida que avanza, los síntomas son más severos”.
Aclara que pasan hasta tres años desde el momento que el paciente presenta señales y el diagnóstico.
Sobre la morbilidad, la experta advierte que la HP puede ocurrir a cualquier edad y en cualquier raza, aunque suele ser más común en adultos jóvenes y más en mujeres. El promedio de edad al momento del diagnóstico está entre los 39 y los 43 años.
La experta asegura que un diagnóstico precoz que determine el tipo exacto de la hipertensión resulta esencial, ya que el retraso en el inicio del tratamiento puede disminuir la esperanza de vida de quien la sufre. Además, es importante mantener un eguimiento terapéutico para asegurarse de que los pacientes reciban el tratamiento óptimo para su tipo de enfermedad.

No se cura

Cuando se habla de tratamiento, la respuesta de la médica es enfática: “cura, no hay”. Solo la HP tromboembólica crónica, provocada por la llegada de coágulos a los vasos sanguíneos pulmonares, que se conoce como embolia pulmonar, tiene cirugía, aunque no es para todos los casos.
Explica que estos coágulos o trombos, que deberían ser eliminados por el organismo de forma natural, provocan cicatrices que obstruyen de forma permanente una parte de las arterias pulmonares.
Para este tipo, es posible la cirugía que remueve la parte interna de las arterias para permitir un mejor flujo sanguíneo, pero anota que no todos se pueden operar, además, hay casos recurrentes entre un 35% a 40%, que vuelve a presentar la hipertensión.
Para ellos hay una nueva molécula que tiene un mecanismo de acción diferente, que ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Para las demás solo hay un manejo terapéutico y un suministro de medicamentos para fallas cardíacas, los vasodilatadores. Estos facilitan el paso de la sangre hacia los pulmones. Según la experta, deben suministrarse de por vida, y al ser progresiva, lo que hace es ayudar al paciente, pero no le permiten curarlo.

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Inovadores

El gobierno alemán cada año otorga un premio en ciencia y tecnología, en su última versión se la ganaron tres médicos alemanes, dos que trabajan con Bayer y uno que labora en la Universidad de Giessen (Alemania). La razón fue el desarrollo de la molécula que tiene un mecanismo de acción distinto a los otros, logrando que el efecto sea más duradero y no se presente resistencia como ocurre con las terapias que hay actualmente.