Blanca Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
Empezó por olvidar cosas y al poco tiempo no recordó ni los nombres de sus cuatro hijos, pero lo más traumático para la familia fue cuando a su esposa le decía mamá. Este el caso de Arturo Duque, de 90 años, a quien le dictaminaron la enfermedad de Alzheimer hace cuatro años.
Martha, su hija y cuidadora, asumió la enfermedad de su papá como un reto. "Es la alegría de la casa, lo quiero mucho y espero cuidarlo siempre. Por fortuna es tranquilo, aunque a veces intenta salir solo de casa o se le olvida dónde es el baño, es como un niño".
Aunque Arturo tiene muchos nietos pocas veces los reconoce y es común escucharle preguntar: ¿Ese muchachito tan necio de quién es? Con esta situación, Martha constató que esta enfermedad sin retorno del olvido lo apartó de lo que más quería, de su esposa y familia. "Me dio mucha tristeza cuando se olvidó de mi mamá. Hace poco cuando ella estaba enferma, mi papá llegó a la cocina y me dijo: hay una ancianita en la alcoba que la está averiguando. Hace una semana mi mamá falleció y él ahora se lamenta porque fue su mamá la que murió".
Martha lleva cuatro años cuidando a su padre, juegan parques y salen a caminar. "Esto requiere mucha atención y brindarles mucho afecto, no porque olviden las cosas hay que negarles un abrazo".
Cada siete segundos se reporta un nuevo caso de demencia (conocida también como deterioro cognitivo), según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El llamado que hace la Asociación Colombiana de Neurología (ACN), que lideró esta semana el Simposio y Encuentro de Clínicas de Memoria en Bogotá, es a prestar atención a cambios en la memoria reciente, olvido del significado de un objeto, de una palabra que se usa frecuentemente o la pérdida de facilidad de expresión; signos de alerta para sospechar del deterioro cognoscitivo.
“Un estilo de vida saludable con actividad física, dieta baja en grasas, carbohidratos, azúcares, rica en frutas y verduras; ayuda a tener una mejor reserva cognoscitiva y a soportar más el daño neuronal”, señala el neurólogo Mauricio Medina, miembro de la ACN
Destaca que es fundamental el control de la hipertensión arterial, diabetes y el uso de tóxicos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 35,6 millones de personas sufren demencia. Se ha proyectado que este número se doblará cada 20 años: 65,7 millones en el 2030 y 115,4 millones en el 2050. El número total de casos nuevos de demencia en el mundo, cada año, es de aproximadamente 7,7 millones, es decir, un caso nuevo cada siete segundos.
Con el aumento de la edad, se incrementa el riesgo de padecer deterioro cognoscitivo, por lo que se debe prestar atención a los síntomas, a partir de los 65 años.
Daniel Hedmont miembro de la ACN explica cómo el alzhéimer, comúnmente llamada la enfermedad del olvido, deteriora la calidad de vida de quien la padece y hace un llamado para que las familias consulten ante la presencia de los primeros síntomas.
Se dice que el alzhéimer se da por una acumulación de la proteína beta-amiloide y de proteína tau, ¿por qué ha resultado tan difícil encontrar un medicamento o una vacuna que cure o prevenga la enfermedad?
Por dos razones. Se desconoce qué es lo que precipita que se acumule la amiloide-beta, la esperanza es que si se logra descubrir la clave por qué se está depositando, es posible que se logre prevenir la enfermedad y evitar su progresión. Además, muchas investigaciones también han propuesto que aparte de la amiloide-beta podrían existir otros factores que inciden en la aparición de la demencia, lo que evita un panorama completo de la enfermedad.
Se denomina demencia a la pérdida de las funciones intelectuales (memoria, lenguaje, capacidad para reconocer) lo que disminuye la capacidad de quien la padece. Entendido así, la primera causa de demencia es la enfermedad de Alzheimer, que da cuenta del 60% de todos los casos y queda un 40% para los demás, que bien pueden ser por enfermedades degenerativas, por traumas, por problemas vasculares, entre otros.
Hay un 5% de los casos de alzhéimer que denominamos esporádica y tenemos un 5% que es familiar. Cuando existe un referente familiar con esta enfermedad, la contribución de la genética se da entre un 80% y un 90%, pero si es esporádica la influencia de la genética es de un 50%.
La combinación perfecta de genes es la que puntea la enfermedad, que influye más en la edad en la que aparece. Si hay una carga genética muy fuerte es posible que aparezca a una edad más temprana, 60 años, pero si no hay mucha carga genética igual puede aparecer a los 80 o 90 años.
A los 60 años un 1% sufre la enfermedad y cada 5 años se duplica esa posibilidad, es decir: a mayor edad más posibilidad. Si llegáramos a una edad de 140 años el ciento por ciento la tendrían.
Cuando aparece el alzhéimer no se puede parar. Con los tratamientos se disminuye la velocidad del deterioro, al menos en los primeros años. Lo que uno busca es que ese deterioro se dé a un ritmo más lento. Es lo máximo que podemos hacer.
Es una asociación leve, se ha encontrado más con la enfermedad de Párkinson.
El neurólogo Daniel Hedmont explica que además de la carga genética, las personas pueden acelerar su aparición si se exponen a ciertos factores ambientales y lo resume así: "lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro y adicional a esto, diría que el ejercicio físico protege más que la actividad intelectual".
1. No hacer prevención cardiovascular.
* Sedentarismo.
* Diabetes mellitus.
* Hipertensión arterial.
* Actividad mental regular.
* Obesidad.
2. Bajo nivel de escolaridad: Las personas que han estudiado menos, por distintas razones tienen una alta probabilidad de padecerla.
3. El aislamiento social.
* Olvidos muy frecuentes (pagar cuentas, dar razones, cumplir compromisos, olvidar la ingesta de medicamentos, los mismo que los alimentos o rutinas como el aseo personal).
* Repetir una y otra vez la misma cosa en un lapso de horas.
* Dificultades con el manejo del dinero. Compra cosas y se olvida dónde las deja o qué adquirió.
* Problemas para recordar el nombre de las cosas (nombres de objetos, personas, palabras).
* Cambios en el estado de ánimo y/o en los hábitos, tendencia a la ansiedad y alteraciones en la conducta.
* Orientación en tiempo y espacio.
* Cambios en la expresión del lenguaje.
* Dificultad para realizar actos motores.
* Cambios en la forma de caminar.
* Pérdida de la capacidad de planear, organizar o tomar decisiones.
Bien lo dice el neurólogo Hedmont "cuidar una persona con alzhéimer es un trabajo de 7 días a la semana y 24 horas al días, teniendo en cuenta que cada persona es una historia diferente", por eso recomienda:
* Frente a la presencia de cualquier signo de alarma consulte con el médico.
* Entre más cuidadores haya es mejor y ojalá toda la familia conozca la situación y colabore.
* Siga el tratamiento del médico.
* No descuide a la persona afectada.
* No pierda la calma.
* Busque apoyo, no solo en la parte médica, sino de personas que vivan circunstancias similares.
* No evite las expresiones de afecto.
* Mantenga los horarios de alimentación, aseo personal y hora para dormir.
* Ayúdelo para que haga ejercicio.
Un estudio realizado en Quebec (Canadá) advirtió de que las benzodiazepinas, una familia de medicamentos utilizados para tratar la ansiedad y el insomnio, pueden potenciar el riesgo de sufrir alzhéimer.
Los investigadores afirmaron que "el prolongado uso no necesario de estas medicinas debería ser considerado una preocupación de salud pública".
El estudio, realizado por investigadores franceses y canadienses y publicado en la revista médica BMJ, está basado en el seguimiento estadístico de 1.796 pacientes mayores de 66 años con alzhéimer, cuyos resultados fueron comparados con 7.184 individuos de control.
"La fuerte asociación observada en casos de prolongada exposición refuerza la sospecha de una posible asociación directa, incluso si el uso de benzodiazepina podría también ser un indicador temprano de una condición asociada con un creciente riesgo de demencia", añadieron los investigadores.
Los investigadores concluyeron que el riesgo de desarrollar alzhéimer aumentó "entre un 43% y un 51% entre aquellos que habían utilizado benzodiazepinas en el pasado".
Con información de Efe
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