Blanca Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
“Justificaciones hay por montones”, así resume el médico toxicólogo Hugo Gallego el auge que han tomado las mal llamadas bebidas energizantes.
Les ayuda a recargar energía, dicen unos. Si van de rumba les prolonga la experiencia y les minimiza los efectos del guayabo. En otros sectores, su uso sirve para obtener mayor rendimiento en la actividad física o la ingieren antes o después de una jornada de ejercicio, estudio o trabajo.
Su venta es libre y su precio oscila entre los $1.500 y los $5.000. Las consiguen en los supermercados, en los estanquillos, en las discotecas y hasta en la calle.
Debido a sus componentes podrían resultar un coctel peligroso para la salud. Por eso en nueve meses los empaques de las bebidas energizantes comercializadas en el país deberán publicar la información sobre los posibles riesgos que una mujer embarazada o lactante, un niño menor de 15 años, personas sensibles a la cafeína e hipertensos podrían sufrir al consumir los productos. Así lo dispuso el Consejo de Estado.
Un ciudadano interpuso en el 2010 una demanda ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca contra el (Invima), la compañía Red Bull de Colombia S.A.S. y el Ministerio de Salud para obtener la protección de los derechos colectivos a la seguridad y salubridad públicas y los derechos de los consumidores y usuarios.
Según el toxicólogo, el ingrediente común y principal de estas bebidas es la cafeína y aunque las promocionan como energizantes, sus componentes no son energéticos porque no dan calorías, sino que son estimulantes.
Agrega que con la gran variedad que hoy ofrecen, los demás componentes también tienen efectos estimulantes. “Aparecen la taurina, el ginseng, la guaraná, el ginkgo biloba, la glucuronalactona que es un derivado del azúcar y que en las bebidas energéticas exceden los del resto de la dieta”.
Cuando al estudiante universitario Juan José se le pregunta si ha tomado bebidas energizantes expresa que las ingiere con regularidad, sobre todo cuando está de rumba y en la temporada más dura de la universidad.
A pesar de que reconoce que una vez le tocó acudir a urgencias por un temblor incontrolable en sus extremidades, asume que la bebida no es nociva, lo que corrobora cuando expresa: "si el mayor componente es cafeína, ¿qué daño puede hacer?".
Para el experto no se debe subestimar, debido a que los efectos estimulantes de estas bebidas se potencializan no solo por la dosis de cafeína, sino por la de sus otros componentes. “Por ejemplo, una lata de Red Bull equivale, en cafeína, a cinco latas de Coca-Cola. Esa es una dosis alta que no debemos pasar por alto”.
Agrega que el apego por estas bebidas nace de la búsqueda de "soluciones rápidas" a las necesidades de la vida moderna. "Se aplica la ley del menor esfuerzo. Crearon una necesidad a través de la publicidad y los medios masivos de que se siente mejor y funciona mejor y quién dijo que la humanidad no estaba mejor antes de que aparecieran”.
Al respecto, la FDA -que controla alimentos y bebidas en Estados Unidos- estableció en el 2010 que la cafeína es una sustancia adictiva, que las bebidas energizantes no son hidratantes y que su consumo puede acarrear riesgos para la salud.
Frente a su uso con bebidas alcohólicas, el toxicólogo les da un rotundo NO, apoyado en la FDA que prohibió la venta de bebidas alcohólicas con energizantes en Estados Unidos y que estableció que la mezcla con alcohol es un problema de salud pública.
"La persona se toma una lata con alcohol durante la rumba, tiene la percepción de que no está embriagada y cree que está aguantando más. La sustancia no reduce la borrachera, pero la persona sí se siente más alerta, aunque sus capacidades de reacción, de cálculo, de equilibrio, de conducción están totalmente afectadas”.
En estos casos, explica, compiten los efectos estimulantes de la bebida con el efecto depresor del alcohol.
El especialista agrega que tanto jóvenes como adultos consumen la bebida con un agravante: “el diabético, el hipertenso, el que sufre de epilepsia o el que tenga arritmias cardíacas tiene un riesgo altísimo de agravar su situación”.
Y advierte que están equivocados aquellos consumidores que las usan para reponerse del guayabo o para antes o después del ejercicio. "Una persona con resaca tiene un desequilibrio de electrolitos (sodio y potasio) y como los energizantes son diuréticos, aumentan la deshidratación. Además, acelera el corazón y hay que recordar que la persona enguayabada tiene, de entrada, taquicardia".
“Por urgencias me han llegado personas menores de 30 años con infartos agudos al corazón, que no han sufrido de nada. Un fin de semana, empiezan a tomar licor y lo consumen con bebidas energizantes; así se dan la toxicidad, las arritmias y los infartos”.
Gallego indica que estas bebidas deberían tener explícita una advertencia sobre su consumo, similar a la que se encuentra en los paquetes de cigarrillos. "En Colombia no existe una reglamentación que controle su comercio, hemos sido muy laxos con esto, estamos muy rezagados en el análisis y en las advertencias, solo se indica que no se deben vender a los menores de edad, pero es claro que ellos tienen acceso a los productos en cualquier tienda".
Explica que su consumo frecuente supone un riesgo mayor para los más jóvenes. "Ellos no han culminado la maduración cerebral, que se da hasta los 21 o 25 años. Cualquier sustancia que altere el funcionamiento normal del organismo va a frenar y lentificar este proceso".
El médico Carlos Alberto Duque, que atiende urgencias en la Clínica de la Presentación, también llama la atención sobre otras fusiones que pueden llegar a ser fatales. “Cuando están de rumba los coge un cansancio y empiezan a mezclarlas con alcohol y otras drogas, lo que les acelera el metabolismo”.
Explica que las personas buscan efectos inmediatos sin averiguar cuáles son los riesgos y las consecuencias: “creen que no van a dormir, empiezan a brincar y a estar más activos, solo que esta mezcla luego les pide papeles cuando aparecen el cansancio, los temblores, la taquicardia, la insufiencia respiratoria y hasta el infarto”.
El médico Duque concluye que con estas bebidas no se pueden contrarrestar el cansancio ni el sueño.
Al tomar estas bebidas antes o después del ejercicio físico, Iván Leonardo Duque, director del Departamento de Acción Física Humana de la Universidad de Caldas, explica que se altera el funcionamiento normal y básico del organismo.
“De acuerdo con la publicidad de estos energizantes las personas las conciben como una bebida que les mejora la capacidad de rendimiento, pero la verdad es que esto es resultado de sus efectos estimulantes en el organismo”.
Agrega que hay que conocer la diferencia sustancial entre una bebida hidratante, que lo que hace es remplazar agua, electrolitos y un poco de azúcar, y las energizantes, que además de tener un poco de carbohidratos es una sustancia estimulante.
Otra aclaración que hace Duque es que los deportistas deben saber que entre más ejercicio hay más estimulación y si se toma una bebida de estas habrá sobreestimulación y si es vulnerable puede generar arritmias cardiacas.
Duque también advierte a aquellas personas que las ingieren para obtener mayor rendimiento en el trabajo o en el estudio, porque esto no garantiza que el aprendizaje vaya a ser mejor.
“Cuando la percepción de fatiga se enmascara con estas bebidas, al terminar su efecto se presenta un fatiga más intensa, lo que requiere un periodo de recuperación más largo, por eso su uso indiscriminado podría terminar en cuadros de fatiga crónica”.
* En Noruega solo las venden bajo prescripción médica, porque las consideran un medicamento por su contenido de cafeína.
* En Francia, Islandia y Dinamarca fueron prohibidas desde el 2004.
* En otros países, desde el 2002, exigieron que deben tener en sus etiquetas el contenido elevado de cafeína y advertir sobre los riesgos.
* En Argentina sus envases registran que no deben ser consumidas por niños ni mujeres embarazadas y advierten sobre el consumo concomitante con alcohol. Se prohíbe la publicidad relacionada con éxitos deportivos, sexuales o afectivos y no pueden presentarse como convenientes para la salud o el bienestar.
* En condiciones extremas pueden conducir al colapso.
* A largo plazo producen adicción.
* Sensibilidad e irritabilidad.
* Hay riesgo de sangrado porque se alteran las plaquetas, sobre todo en los que toman anticuagulantes.
* Aumentan la temperatura.
* Pueden producir convulsiones y alucinaciones.
* En pacientes con antecedentes siquiátricos pueden potenciar estos problemas.
* Pequeñas contracciones musculares involuntarias.
* Boca seca, taquicardia.
* Los consumidores pueden sufrir hipertensión arterial e infarto del miocardio pues les afecta el sistema nervioso parasimpático y el sistema nervioso central.
* Dan la sensación de bienestar, los hace sentir bien, sin estrés y sin dificultades, cuando es una forma de que los jóvenes evadan algunas situaciones adversas.
Al tomar sobredosis de bebidas energizantes se contraen los músculos, lo que hace que se quemen fibras musculares, que se eliminan a través del riñón. Como no hay una buena hidratación, debido a que la cafeína es un diurético, se elimina más líquido y esas partículas de fibras musculares (rabdomiolisis) no son capaces de pasar y bloquean el riñón. Por eso se producen fallan renales.
* No las deben consumir por su contenido de carbohidratos; en vez de hidratar, ocurre lo contrario.
* Son diuréticas por eso conducen con más facilidad a la deshidratación.
* El rendimiento atlético está en su mayor proporción, determinado por el programa de entrenamiento.
* La preparación física no es solo aplicar las cargas de entrenamiento, también es reposar.
* Las dosis de elementos energéticos no son las ideales, osea que su beneficio es muy poco.
* Contienen carbohidratos en forma de fructuosa y glucosa, o la gluconolactosa, con una cantidad de 20 a 50 gramos, es decir, que pueden proveer de 80 a 320 kilocalorías y por su alto contenido de azúcar aumentan el problema de la obesidad, sobre todo en los niños.
* Algunos aminoácidos como la taurina y la carnetina, que en realidad no se necesitan porque estos los proveen los alimentos y en este caso no benefician en nada como suplemento nutricional.
* Complementos nutricionales como vitaminas de complejo B y vitamina C no están justificados si la persona recibe una alimentación adecuada.
* Otro problema que se presenta con estas bebidas es la cantidad. Se excede en 5 o 6 veces más de lo que viene en los alimentos, son dosis muy elevadas que no necesita el organismo.
Por ningún motivo las deben ingerir las mujeres embarazadas y los niños.
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