Ana María tiene un nuevo corazón

Se llama Ana María, tiene tres años, es bogotana y es la primera menor de edad en Colombia con un “corazón artificial”. Su nuevo corazón fue instalado por médicos de la Fundación Cardiovascular (FCV) en Bucaramanga y le permite ganar tiempo mientras llega un donante.

Según Leonardo Salazar, uno de los especialistas que la trató, el nuevo corazón de Ana María es un Dispositivo de Asistencia Ventricular VAD (Ventricular Assist Device, por sus siglas en inglés), que en la práctica puede ser considerado una especie de corazón artificial, ya que cumple sólo algunas funciones del órgano vital. No se deben confundir, un corazón artificial reemplazaría totalmente a este órgano, para lo que requeriría su extracción.

Pionera

La Fundación Cardiovascular de Bucaramanga se ha destacado por ser pionera en Colombia en el uso de este tipo de tecnología y es la primera vez que se hace en una niña. Ana María llegó hace casi cuatro meses a la capital santandereana proveniente de la fundación Cardioinfantil de Bogotá. La pequeña fue remitida porque sufre una enfermedad irreversible del miocardio conocida como miocardiopatía dilatada, que impide que los dos lados del corazón bombeen sangre al resto de su cuerpo.

“Como en todos los pacientes con problemas del corazón de este tipo, llegó en muy malas condiciones y delgada, especialmente porque su cuerpo no asimilaba los alimentos por su condición… actualmente se encuentra mucho mejor, gracias a este dispositivo”, dijo Salazar, quien enfatizó que la menor hubiera muerto si no se le hubiera instalado este dispositivo.

Un nuevo corazón

Pero, la dicha no es completa, pues el médico aclaró que este aparato solo le permite a la pequeña ganar tiempo de vida, pues su cuerpo de todos modos requiere de un corazón para un trasplante. “Este dispositivo puede durar hasta varios meses funcionando, pero después pierde confiabilidad. El tiempo depende de la evolución y del tipo de paciente, pero no es una solución definitiva”, explicó el especialista de la FCV.

La preocupación para los especialistas es lo difícil de encontrar donantes de órganos para menores de edad y con el turismo de órganos las probabilidades se reducen aún más. Mientras tanto, Ana María debe seguir esperando por un nuevo corazón.