MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES

Cuatro precandidatos a la Alcaldía de Manizales, de los llamados alternativos, fueron convocados ayer por profesores y estudiantes de la Universidad de Caldas para hablar de paz y convivencia en el Teatro 8 de Junio.

La invitación fue del grupo que hace tres semanas le envió al Gobierno Nacional un documento firmado por 34 organizaciones y 487 personas, en contra de las objeciones que el presidente Duque hizo a ocho puntos de la ley estatutaria de la Justicia Especial para la Paz (JEP). No quieren regresar a la guerra y respaldan los acuerdos de paz de La Habana (Cuba).

Asistieron los precandidatos Andrés Felipe Betancourth, Darío Alexánder Arenas y Luis Fernando Acebedo por el Polo Democrático y el Movimiento Alternativo, Indígena y Social (MAIS), y Luz Estela Velásquez, de Colombia Humana. También invitaron a Alejandro Vallejo, del Partido Verde línea Compromiso Ciudadano (fajardistas), y a Felipe César Londoño, que se excusaron por no poder asistir.

El grupo había anunciado realizar un foro para hablar de paz desde un enfoque territorial, primero con precandidatos alternativos, y que luego lo hará con otros precandidatos, una vez se hayan depurado las candidaturas.

Sobre violencia
El conversatorio lo abrieron con dos informes del Observatorio de Violencia y Paz, de la Universidad Católica de Manizales. Enrique Jaramillo Arango, estudiante de Trabajo Social, se refirió a los homicidios en Manizales, arrojando que el 67% son por casos de intolerancia social y 12% por venganzas.

En delitos sexuales aparece el feminicidio, que hay que empezar a hacer visible y denunciar. “En la mayoría de casos de violencia sexual, las familias y las mujeres han denunciado previamente acoso y maltrato”.

Según Jaramillo, aparece el juvenicidio. “Son los jóvenes, en un rango de 14 a 27 años, los que más mueren en la ciudad y los que más cometen actos delictivos, es en este segmento donde más se concentra la violencia de Manizales”.

También señaló el suicidio como fenómeno que tiene un alto índice según las estadísticas: en el 2016 fueron 20, en el 2017 35, en el 2018 41 y en el primer trimestre de este año 12.
De los sitios con mayor impacto de violencia, según cifras de la Policía, en el 2016 fue el barrio El Carmen, en el 2017 el barrio Solferino y en el 2018 la Galería.

Reconocer lo que ocurre
El segundo informe fue el de paz, que es descriptivo. Jaramillo señaló que 44% de las iniciativas de paz de la ciudad representan acciones colectivas de jóvenes en tres comunas: Ciudadela del Norte, La Fuente y San José. “Lo curioso es que donde aparecen acciones de violencia también surgen acciones de paz”.

27% son investigaciones y pedagogías de paz desde la academia, 20% son programas de políticas públicas y 9% son emprendimientos de organizaciones, en su mayoría de zonas con límites en lo rural.

Dijo que al cruzar los dos informes quedan dos retos, inscritos en el Plan Integral de Convivencia y Reconciliación: mirar cuál es la articulación entre la academia, las organizaciones y la institucionalidad, pues cada iniciativa va por su lado, y aprender a reconocer que Manizales es una ciudad de conflictos, que hay aumento y presencia de bandas criminales.

“Es importante no seguir ocultando lo que ocurre, y seguir diciendo que la ciudad es el mejor vividero del país. Reconocer que hay fenómenos de violencia, pero también fenómenos de paz y que se deben articular”, concluyó Jaramillo.

Ideas de los precandidatos

Revertir cifras: Andrés Felipe Betancourth

El nuestro es un compromiso con el fortalecimiento de la implementación de los acuerdos a escala territorial, y por trabajar en particular en el municipio en temas de convivencia y hacerle frente a la violencia. Lamentablemente seguimos teniendo estadísticas crecientes de homicidios, de lesiones, de riñas, que es un compromiso revertir. Como propuesta concreta habría que fortalecer los recursos y las transferencias del Fondo Territorial para la Convivencia y Seguridad que está establecido y que tiene un marco legal y que hay obligación a asignar recursos desde ahí.

Enfoque de derechos: Darío Alexánder Arenas

Defender lo acordado entre Estado y Farc, es un compromiso implementarlo y refrendarlo; la base es que las Farc hayan desaparecido como guerrilla y se hayan convertido en organización política. Las propuestas para Manizales se basan en un enfoque de derechos para recuperar la seguridad y la convivencia, con tres pilares: recuperar el tejido social de las comunidades, caso Comuna San José; recuperar la relación comunidad-Policía, que no es buena porque sus labores son más punitivas, además aumentar el pie de fuerza, la ONU recomienda 300 policías por cada 100 mil habitantes, y estamos en una tercera parte. Que el Ministerio Público vele porque los efectivos hagan una labor de servicio a la comunidad y de señalar los actos de corrupción.

Visibilizar las comunidades: Luis Fernando Acebedo

Fortalecer la institucionalidad en torno a la aplicación de los acuerdos de paz y del posconflicto. Manizales, como capital de Caldas, tiene una deuda histórica, sobre todo con las comunidades étnicas -indígenas y negras- y necesitamos que las visibilice. Algunas iniciativas son que la antigua Escuela Juan XXIII, que será rescatada patrimonialmente, sea un centro de reconocimiento de las minorías; que el Ecoparque Los Alcázares-Arenillo se recupere en torno a un encuentro de culturas. Un hecho violatorio grande de derechos humanos es el Macroproyecto San José, necesitamos reformularlo para que sea incluyente de las comunidades desplazadas y que son objeto de violencia.

Paz con la madre tierra: Luz Estela Velásquez

La percepción de seguridad en Manizales va casi en contravía de la realidad, y en ese punto clave hay que trabajar. Hay tres pilares para soportar el tema del posconflicto y la construcción de paz, sea nacional, regional o local: la paz con nosotros mismos, que tiene que pasar por el tratamiento y apoyo psicosocial; la paz con los otros, que tiene que ver con la posibilidad de dialogar, con la aceptación de la diversidad, cómo enfrentar ese conflicto, y el último pilar, integral a los otros dos, es la paz con la madre tierra, con la naturaleza, y en Manizales estamos en una deuda inmensa. Si no se integran estos tres pilares la construcción de paz va a ser más difícil.