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Luis Francisco Arias B.
LA PATRIA | Manizales
El politólogo Hernando Gómez Buendía es partidario de que la reforma de equilibrio de poderes se limite a tumbar el “articulito” con el que se aprobó la reelección presidencial durante el gobierno de Álvaro Uribe.
También cree que no es necesario refrendar los acuerdos a los que se llegue en La Habana (Cuba) con las Farc, porque ese referendo se dio durante la segunda vuelta presidencial que reeligió a Juan Manuel Santos hasta el 2018.
Con humor y agudeza en sus frases, Gómez Buendía, quien vino a Manizales invitado para la presentación de la Maestría en Políticas Públicas de la Universidad Autónoma, habló con LA PATRIA sobre la actualidad política del país. Estos son algunos de sus planteamientos.
Solo el “articulito”
“El acto legislativo que en el 2004 permitió la reelección de Álvaro Uribe fue el único hecho significativo que en 25 años de la Constitución del 91 modificó el equilibrio de poderes. Que un presidente tenga dos periodos consecutivos afecta el nombramiento y la composición de organismos como la Junta del Banco de la República, la Corte Constitucional y las postulaciones de Procurador y Fiscal. La reforma hubiera bastando con eliminar un “articulito”, como el “articulito” que implicó aprobar la reelección”.
Reforma chorizo
“A esa reforma le fueron colgando muchas cosas. Tiene elementos ya no de equilibrio de poderes, sino que se metió con todo el sistema de justicia, de juzgamiento de aforados, de nombramientos de Procurador, Fiscal, Contralor, más las reformas políticas aplazadas sobre lista preferente y otras cosas. Se convirtió en una reforma chorizo, una reforma omnibús, donde es muy difícil saber para dónde va y cuál es su lógica, y muy difícil saber qué va a salir”.
Taller de mecánica popular
“Desde el punto de vista constitucional está acumulando vicios de procedimiento, porque está faltando la continuidad de los debates, cada día aparecen propuestas ingeniosas típicas de nuestro país, donde tenemos recetas para todo... esto parece un taller de mecánica popular. Puede que acertemos, pero eso será por chiripa. De pronto la lista cerrada sea una buena idea... Pero eso va a hacer más daño que bien, porque esa reforma no tiene coherencia, no tiene sistema, es otra colcha de retazos, inspirada en intereses muy particulares”.
Reglas inciertas
“La teoría dice que las reglas son fijas... esa es la base del juego político, la estabilidad de las reglas de juego, pero lo que pasa en Colombia es que desgraciadamente lo que es incierto son las reglas. Aquí si la gente está jugando fútbol entra otro que dice juguemos tute, y si yo me llamo Germán Vargas entonces dice mejor juguemos póker, y si me llamo Álvaro Uribe propone otro juego, y eso introduce una gran inestabilidad en el sistema político”.
Un problema insoluble
“Si se requiere una reforma a la justicia eso requiere una discusión distinta, importante y compleja, de la cual la experiencia muestra siempre que hay una enorme dificultad, porque estamos tratando de resolver un problema insoluble. Por ejemplo, el problema de quien juzga a quién... Tocará como se decía hace un tiempo: traigamos para eso a un extranjero... no se ha inventado en el mundo un sistema de escoger jueces que no sea discutible”.
Corrupción y abuso
“Lo que se está mostrando es un problema muy serio de la clase dirigente colombiana, se está mostrando la falta de compromiso con lo público de nuestros estadistas. Está mostrando la corrupción de la justicia, y no en abstracto, sino de los magistrados y los jueces, es el abuso de poder del Procurador, del Fiscal, del Presidente, de la Corte Constitucional, del Consejo de Estado”.
“En Colombia ha habido muchos procesos de paz. El último de ellos lo firmó el presidente Uribe con las Auc. Se llamó Ley de Justicia y Paz, era un mecanismo de justicia transicional enormemente controvertido. Este año, en agosto, estarán saliendo las personas condenadas por 2 mil cadáveres. Ese tratado no tuvo ninguna necesidad de refrendación. El expresidente Uribe, que hoy exige la refrendación popular, en ese tiempo no habló de eso. En los gobiernos de Gaviria y Barco también hubo procesos de paz, que no necesitaron referendo. La Constitución autoriza al Presidente para que firme tratados de paz, que se firman entre los comandantes de los ejércitos, así es en el mundo y así hay que hacerlo. Un referendo sobre la paz será la tercera vuelta presidencial... el referendo sobre la paz ya pasó, fue la segunda vuelta para la reelección de Santos, le guste o no le guste a uno”.
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