LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
En la naturaleza casi todo sirve. Cada desecho natural de frutas o verduras, desde las cáscaras de papa o de huevo hasta estiércol de vaca, se pueden usar para abonar los materos en los hogares o grandes extensiones de cultivos en las fincas.
Este proceso de devolverle al suelo los nutrientes que perdió se llama compostaje. El Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), desde su Área Ambiental, lo desarrolla para reutilizar los materiales orgánicos que permiten sus campos de prácticas, como el del estiércol de vaca o de cerdo.
“En Colombia se están generando 27 mil 500 toneladas de residuos todos los días, en orgánicos e inorgánicos, lo que corresponde a un 60% de materia orgánica, mucho mayor a lo que produce Estados Unidos, se ha hablado de 20% de residuos de ellos”, comentó Luisa Gómez, instructora ambiental del Sena y líder del Comité Ambiental Regional Caldas.
Esto se hace para mitigar el impacto ambiental y sirve para el aprovechamiento de los suelos, incluso en su estabilización.
Recuerde
Uno por tres para aplicar una parte de abono por tres de tierra.
Nutrientes para el suelo
Nelson Franco, instructor del Sena en el área de Recursos Naturales, explicó que el proceso busca aprovechar los residuos que se generen en las dos unidades productivas: la porcícola y el ordeño.
“Llegan los residuos y se les da una técnica de aprovechamiento en seis fases”, comentó.
Fotos | Laura Sánchez | LA PATRIA
Latencia es la fase en la cual la materia orgánica coge una temperatura, que va de 0º a 10º . Aquí aparecen los microorganismos que se encargan de desintegrar la materia que puede ser de cerdo o de vaca, mezclada con residuos de pastos o de cosecha. Desde este momento el propósito es bajar la humedad, revolviendo la materia orgánica.
En la mesófila, la pila de materia empieza a aumentar su temperatura, llega a unos 40º y se presentan hongos, debido a que es un compostaje en presencia del oxígeno. Se continúa revolviendo.
Termófila hace que la pila pueda tener una temperatura de unos 80º. Es una fase aséptica, se desintegran todos los compuestos que pueden ser patógenos en el aprovechamiento de la materia. Se mezclan, y para que no haya tanta presencia de moscos, agregan cal.
Se obtiene un 20% o 30% dependiendo del tipo de material que se trabaje. Se asemeja al color marrón. Recuerde que no hay que echarle mucha agua porque se puede inundar el proceso. Se debe introducir agua para que los microorganismos empiecen a comerse la materia orgánica.
Debe zarandear para que esté libre de piedras o residuos, sirve para muchos cultivos o estabilización de suelos.
En el proceso se genera dióxido de carbono y amoniaco, ácido sulfhídrico y gas metano, por eso la pila se abre para que salgan los gases, por precaución.
Foto | Tomada de www.tomatecamila.blogspot.com | LA PATRIA
La ingeniera explica que las cáscaras de huevo finamente cortadas se pueden enterrar en la planta y así absorbe sus nutrientes, al igual que las verduras y frutas. “Incluso, esa agua que sale de los materos también se puede volver a poner”. Aconseja no usar frutas cítricas para el compostaje, debido a su lento proceso.
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