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Desde César Gaviria se ha venido intentando hacer una reforma pensional en Colombia. Propuso acabar con el sistema público, pero la resistencia de sectores políticos obligaron a establecer un sistema dual, que es el actual: público, llamado de prima media y que administra Colpensiones, y de ahorro individual que manejan los fondos de pensiones privados. La propuesta del Gobierno que discute ahora el Senado es un sistema por pilares: contributivo, semicontributivo y subsidiado. Promete aumentar la cobertura pensional, con inclusión de sectores pobres y vulnerables.
La gran duda es por la fuente de los recursos para mantener los pilares pensionales subsidiado y semicontributivo a cargo del Estado, que no deberían tocar los fondos pensionales y si deben salir del Presupuesto General de la Nación tendrá que hacerse de manera muy ajustada; es decir, que el Gobierno pagaría rentas vitalicias de 225 mil pesos mensuales en el mejor de los casos. Una cifra que no permite vivir con dignidad. Se debe tener en cuenta que la tasa de personas en informalidad laboral, que no están cotizando, es muy alta y tendrían que ser cubiertas. Hay un riesgo y es que se aumentará el gasto público. ¿El país sí está preparado fiscalmente para este impacto económico?
Otra discusión central de esta reforma es el umbral máximo de salarios para cotizar al régimen de Colpensiones. El Gobierno pretendía 3 mínimos, pero accedió a la petición de senadores liberales para bajarlo a 2.3 salarios. La cifra queda a decisión del Senado, que también debe evitar más pensiones altas, hasta 25 salarios mínimos que es el límite, recibiendo subsidios del Estado. El resto de personas cotizarán a fondos privados. La administración de los recursos, también inquieta. Hay propuestas sensatas para que los maneje un fondo independiente del Gobierno, integrado por una comisión de expertos que haga una labor ortodoxa. Algunos senadores proponen que sea el Banco de la República.
La necesidad de una reforma pensional en Colombia gira en torno a que de cada 10 personas que cumplen las condiciones de jubilación (edad y tiempo cotizado), solo lo logran 4 máximo y 6 se quedan sin ella. Hay que sumar que como consecuencia del cambio en la pirámide de población cada vez son más los adultos mayores y menos los jóvenes y los niños, y todos los sistemas pensionales del mundo se tendrán que revisar. Una solución real sería aumentar la edad de jubilación, pero eso no va a suceder en el país por el costo político que representa.

También deberá aclararse si los recursos de los afiliados a los fondos privados van a Colpensiones, que es otro temor con esta reforma; si se respetará la libre elección de afiliación y se conservarán los beneficios adquiridos para los que están cerca de pensionarse y los ya pensionados. Tendrá que establecerse un mecanismo que blinde el sistema pensional, que los recursos no vayan a parar a otras arcas. El tiempo se acorta para este proyecto, pues tendrá que terminarse de debatir en Senado y pasar a la Cámara para otros dos debates, todo antes del 20 de junio cuando culmina el periodo legislativo.