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La reforma a la salud en el Senado va hacia un seguro hundimiento, pero no puede verse como un ataque político, mucho menos como un golpe blando para el presidente, Gustavo Petro, y su Administración. Esos 9 votos anunciados hasta el momento, de 14 senadores que integran la Comisión Séptima a favor de la ponencia negativa al proyecto de ley del Gobierno, representan el deseo de buena parte de colombianos, pero especialmente de técnicos para quienes dicha iniciativa, como está, no le hará bien al sistema de salud del país.

El presidente debería recibirlo así, no sentenciando a los 9 senadores como responsables históricos de lo que pueda suceder con la sostenibilidad del sistema; porque como se ha dicho, tiene problemas estructurales que hay que empezar a resolver, pero entre todos, como sociedad, como país, y para eso no se requiere una reforma, ni acabar con lo que funciona. Para llegar a la Colombia profunda con los servicios no será que hace falta más bien voluntad para reordenar procesos, hacer seguimiento estricto a la ejecución de los recursos para que no se pierdan. Para hacerles cumplir a las EPS con sus obligaciones no será que ha faltado control y para eso están el Ministerio de Salud, la Supersalud y el Invima.

Todos en Colombia somos usuarios del sistema, unos con padecimientos más graves que otros, pero no hay un solo habitante que se pueda sustraer de haber requerido o estar necesitando un servicio de salud. Se debe mantener funcionando, segundo a segundo, todo el engranaje del sector, no solo lo preventivo; también el acceso a citas médicas, el suministro de medicamentos de todo tipo, el acceso a especialistas, la práctica de procedimientos de baja, mediana y alta complejidad; además de infraestructuras y equipos adecuados, y personal médico y asistencial capacitado.

El Gobierno nacional es el núcleo del aparato de salud, el aportante del grueso de los recursos, por eso los pasos que se dan en contrasentido son fatales para su funcionamiento, así haya una buena porción de la población que aporta como empresario o como asalariado en el régimen contributivo y con ello se cubra el servicio del régimen subsidiado, es la Nación la que maneja y dispone de los dineros, por eso el Minsalud con sus técnicos debe cranearse fórmulas de mejoramiento, distintas a acabar con lo que hay.

Presidente Petro, aquí no se trata de quién gana, porque si deja colapsar el sistema fácilmente los perdedores vamos a ser todos los colombianos en un asunto tan serio y delicado como el de la salud, tal y como ha ocurrido en países vecinos. Le pedimos que escuche a esos expertos que han querido acercarse a su Gobierno y dar luces de hacia dónde hay que caminar para buscar salidas, y cuidar además el servicio de salud colombiano, porque muchos son los extranjeros que llegan buscando acceder a él por su calidad. Ese activo, créalo señor presidente, no se puede dejar perder.