Las cosas pintan mejor para la economía colombiana en el 2019 respecto a los dos años anteriores, a pesar del arranque del Fenómeno de El Niño y de la incertidumbre en el contexto internacional. De acuerdo con el Banco de la República, la cifra de crecimiento se situará entre el 3,3 y el 3,5 por ciento, que no es el ideal que requiere un país que aún tiene muchas dificultades para irrigar riqueza, pero mejor que las bajas en el 2017 y el 2018. Fedesarrollo ve, por ejemplo, positivamente los rasgos de recuperación que empiezan a mostrarse y está convencido que de 13 sectores, por lo menos 10 van a crecer.
La fe está puesta en la construcción, que el año pasado debió cerrar con un decrecimiento de 1,4 por ciento, pero se confía en que no solo revierta esa tendencia, sino que crezca en el 3,0 por ciento, lo que es muy importante teniendo en cuenta la dinámica que se desarrolla a partir de este sector, tanto en la cadena de comercialización de materiales como en la generación de empleo. Si esto se logra, seguramente el aporte a la economía en general será clave como lo ha sido en el pasado.
La gran preocupación sigue siendo el agro, pues a las dificultades heredadas de años se sumará el Fenómeno de El Niño, que abrió este enero con toda su fuerza y que seguramente le pegará directo a los sectores productivos más importantes, con la escasez, el encarecimiento y la baja de ingresos para los cultivadores. Para el café es bueno el tiempo actual, pues estimula la floración y por ende la cosecha, pero hace más exigentes la fertilización y los controles de plagas.
Ya sin elecciones nacionales a la vista, se cree que el renglón de minas y canteras, que creció de manera considerable durante años y se frenó en los últimos, podría recuperar su dinámica de crecimiento, alentado por precios internacionales y porque el Gobierno ha sido claro en permitir la inversión extranjera y, si bien se compromete a proteger algunas zonas de importancia ambiental, no le teme a la explotación minera responsable, incluido el fracking. Se tiene esperanza de que las ideas del presidente, Iván Duque, de dinamizar la economía naranja permita un impulso a desarrollos científicos, así como a las artes, que podrían generar crecimiento también.
La economía nacional igual tendrá que estar muy atenta a los vaivenes de la economía global, temerosa por las decisiones proteccionistas de países como Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y México, por las dificultades que se puedan presentar en orden público o en gobernanza en Medio Oriente y en Venezuela, lo que podría volatilizar el precio del petróleo, afectar las bolsas, y por ende golpear todos los mercados, de lo que nadie está protegido en el mundo de hoy.
La Ley de Financiamiento puede traer nuevos tributos al Estado, pero si no se cumple el plan de austeridad va a ser muy difícil bajar el déficit fiscal y mejorar la calificación de riesgo país. Por este motivo, hay que estar atentos a que sí haya un crecimiento en las arcas públicas por cuenta del pago de impuestos, pero hay quienes temen que esta misma ley provoque una disminución en el consumo en los hogares colombianos, lo que puede perjudicar finalmente las perspectivas de crecimiento. Se espera también que haber sido admitido en el exclusivo club de miembros de la OCDE empiece a mostrar resultados en la administración de lo público.
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