El pasado miércoles, durante una jornada que fue anunciada como una fiesta democrática por el actual presidente del Concejo Municipal, Víctor Hugo Cortés (liberal), fue elegida la Mesa Directiva de esa corporación para el 2018. La votación favoreció como presidente al concejal del Partido de La U Hernán Alberto Bedoya, como primer vicepresidente fue elegido Yhon Eduard Orozco (Opción Ciudadana), y en la Segunda Vicepresidencia quedó el conservador Rubén Darío Giraldo. Dicha elección permite dar continuidad a la actual Mesa Directiva, en la que sus tres miembros también hacen parte de la bancada de gobierno, lo que implicará que el alcalde, Octavio Cardona, siga teniendo aliados clave en esa corporación.
Así las cosas, todo indica que el próximo año el mandatario local no tendrá mayores dificultades para tramitar sus proyectos en el Concejo, ya que además de mantener las mayorías se asegura que quienes están en la cabeza administrativa de la corporación le colaboren para que las ponencias de las distintas iniciativas sean llevadas de manera favorable. La verdad es que para bien de la democracia y para mantener un equilibrio entre las instancias de poder municipal, lo mejor hubiera sido que la Primera Vicepresidencia quedara en manos de las minorías opositoras reales.
Si bien el concejal de Opción Ciudadana, quien es bastante cercano al alcalde Cardona, ha dicho que su partido se declaró en oposición y que tiene el deber de seguir esos lineamientos, es poco creíble que pueda representar una posición crítica consistente y coherente. Además, las explicaciones del director de esa colectividad en Caldas, Fabio Martínez, en el sentido de que la oposición surgió por discrepancias programáticas con el Alcalde no resultan convincentes, y todo apunta a que si hay algún tipo de desacuerdo con el Ejecutivo local sería meramente por asuntos burocráticos, lo que no deja de ser preocupante.
Como sea, lograr que toda la Mesa Directiva termine siendo afín a la Administración Municipal parece demasiado fácil para el mandatario. Estaríamos ante un hecho muy parecido al acontecido hace un año, cuando se logró imponer el nombre del concejal verde John Hemayr Yepes en la Primera Vicepresidencia, pese a que los directivos del Partido Verde habían señalado a Carlos Mario Marín como el concejal que encarnaba una oposición real al Gobierno local. El alcalde logra de esta manera mantener un Concejo alineado, lo cual puede ser bueno para su administración, pero no tanto para la democracia.
Lo ocurrido también demuestra la falta de solidez de quienes forman la bancada de oposición, la cual se ha visto rota en varias ocasiones por distintas circunstancias, y que no ha logrado sentar posiciones que garanticen el respeto por lo que dice la ley acerca de quiénes deben ocupar la Primera Vicepresidencia. Está bien que no sea una oposición irracional que se convierta en un obstáculo para todo, pero lo más sano en un ambiente democrático es que el control político tenga tanta fuerza que la Administración sienta la exigencia de una oposición que realmente vigile cómo se gobierna.
Ahora bien, la Mesa Directiva ya quedó elegida y el año entrante las cosas funcionarán de manera muy parecida al actual. La responsabilidad del Concejo será actuar de manera muy responsable, cumpliendo la tarea de regular las acciones de la Administración Municipal y no solo apoyando proyectos a pupitrazos. Deben pensar en lo que realmente beneficie a la ciudad y saber que su compromiso tiene que ser más con los manizaleños que con el Alcalde.
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