Un tribunal de arbitramento de la Cámara de Comercio de Bogotá determinó que la empresa Odinsa (socio mayoritario de Autopistas del Café) tenía la razón en el sentido de continuar con la concesión de la vía entre Manizales, Pereira y Armenia hasta el 2027, pese a que según el Gobierno Nacional ese consorcio ya recuperó lo invertido gracias a los ingresos por los peajes que hay sobre esa carretera, ya que el flujo de vehículos resultó mucho mayor a lo esperado. Hasta el 2015 habían recogido cerca de $1,9 billones. Gústenos o no había unas reglas de juego para resolver este tipo de situaciones, y lo cierto es que la constructora ganó en derecho y eso es algo que debe respetarse.
Lo que hay que pensar ahora es que se empiecen a usar los dineros que están en fiducia con el propósito de lograr que esta carretera sea más competitiva y que se convierta, en realidad, en una doble calzada entre las tres capitales del Eje Cafetero. La verdad es que hay tramos en los que solo existen pares viales que no corresponden a la expectativa que se planteó en un comienzo de una gran autopista, y en el caso específico de Caldas hay mucho qué hacer en este sentido en el sector de Chinchiná, no solo para mejorar el ingreso al municipio, sino para darle más agilidad al tráfico en la llamada Variante de la Paz.
Si ya se cuenta con diseños y están los recursos para adelantar estas obras, que van a mejorar de manera sustancial la comunicación vial en la región, es preciso que se trace un plan de trabajo entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el consorcio Autopistas del Café, para que no quede pendiente ningún tramo y ninguna intersección planteada en el proyecto. Los ingresos que tendrá el concesionario durante los próximos 9 años deberán servir, en buena medida, a que a esa obra se le pueda llamar realmente Autopista del Café.
Es conveniente, así mismo, que los tres gobernadores de la región, quienes ya habían pensado en otro grupo de obras necesarias para el desarrollo que se ejecutarían con los recursos de los peajes en el caso de haber ganado el laudo arbitral, se reúnan muy pronto con el concesionario, con el propósito de llegar a acuerdos acerca de las inversiones que deben realizarse con mayor urgencia y, de manera clara pactar los planes de obras que impacten de manera más positiva el desarrollo regional.
Además, si bien hay que reconocer que Autopistas del Café presta un servicio excelente a los usuarios de la vía en materia de acompañamiento y atención de emergencias, por ejemplo, también hay que analizar las causas de que esta carretera esté entre las que más situaciones de accidentalidad registran en el país. Si detrás de esta realidad hay problemas de orden técnico hay que resolverlos y buscar que el viaje por la región no solo sea agradable y eficiente, sino totalmente seguro.
También es importante que los tres gobernadores sigan trabajando en equipo, y que no abandonen las ideas de ejecutar otras obras de infraestructura que impacten de manera favorable la competitividad regional. Para el paquete de obras que se pensó en ejecutar con los dineros de los peajes es importante empezar a conseguir recursos en otras fuentes y lograr, por ejemplo, que la comunicación desde Pereira hasta Mariquita (Tolima), pasando por Manizales, sea mejorada de manera ostensible. La importancia de tener el panorama claro es que puede pensarse de manera más diáfana en el mediano y largo plazo.
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