Los franceses acudirán mañana a las urnas, solo tres días después del acto terrorista en los Campos Elíseos de París, donde un policía fue asesinado y otros dos heridos por un miembro del Estado Islámico. Ese hecho llevó a que la campaña tuviera un viraje importante y varios actos se cancelaran, lo que podría influir en los resultados. Los sondeos más recientes hablan de márgenes muy estrechos entre por lo menos cinco de los 11 aspirantes. Eso lleva a que las tensiones y la incertidumbre sean las protagonistas del momento en el país europeo.
De hecho los sectores de derecha y ultraderecha que representan el republicano François Fillon y Marine Le Pen, del Frente Nacional, han aprovechado el momento para enfatizar en la necesidad de ser más enérgicos para atacar el terrorismo y en los controles a los refugiados que llegan al país desde Asia y África. Los otros candidatos que están en la batalla por pasar a la segunda vuelta son el independiente Emmanuel Macron, el socialista Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon de la izquierda radical, quienes también reaccionaron a los hechos buscando que sus puntos de vista los ayuden a seguir en el camino a la Presidencia.
El momento es, sin duda, conveniente para quienes critican abiertamente al gobierno actual de François Hollande, con el argumento de que su reacción ante el terrorismo ha sido débil y que los franceses están muy desprotegidos ante la amenaza del islamismo radical. Es así como mientras Fillon habla de una alianza internacional que ataque el totalitarismo islamita, Le Pen se refiere a dejar atrás la laxitud e ingenuidad y tomar el control de las fronteras francesas para cerrar toda posibilidad de que los extremistas se muevan libremente por el país.
Quienes han manejado un discurso más prudente frente a estos asuntos, como Macron, quien antes del tiroteo del jueves era el favorito para alcanzar el primer lugar en las elecciones primarias, corren el riesgo de perder seguidores ante el justificado miedo que sienten los habitantes de ese país, cada vez con más intensidad. De todos modos su invitación, como la de Mélenchon y Hamon, es a no ceder al miedo, a defender la democracia y enfrentar con entereza las amenazas que serán permanentes en los próximos años. Hay que recordar que Francia ha sido objeto de varios ataques en los meses recientes, los cuales han sembrado el temor en la población.
Como están las cosas, cualquiera de los cinco más opcionados podrían tomar este domingo la punta, pero la realidad es que solo dos irán a la segunda vuelta. Se presume que uno de los representantes de la derecha estará en la final, lo mismo que uno de los moderados. Lo que sí parece más claro es que el socialismo y la izquierda que se identifica con el actual gobierno de Hollande serán los grandes perdedores de la jornada, aunque todo está por verse.
Otro tema que está en el tapete y que es definitivo en estas elecciones es el de la continuidad o no de Francia en la Unión Europea. En este sentido el mayor peligro es la posible llegada de Le Pen a la Presidencia, debido a que ella ha vendido una idea nacionalista que no dudaría en concretar. Después del Brexit y de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ese sería un golpe de gracia a la filosofía comunitaria del bloque europeo. Como sea, quien llegue al Palacio del Elíseo tendrá que buscar aliados para enfrentar al yihadismo y tratar de ponerle freno a los actos terroristas que tienen al Viejo Continente hundido en el pánico.
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