Comenzó la última etapa en la legislatura del actual Congreso de la República, en un momento en el que empieza a subir de temperatura el debate público entre los candidatos que buscan la Presidencia en la primera vuelta del próximo 27 de mayo. No se pueden fijar muchas esperanzas acerca de las discusiones que se tendrán hasta el 20 de junio, en sesiones ordinarias. Un mes después tomarán posesión los elegidos el pasado 11 de marzo, y el país ya conocerá el nombre del nuevo presidente de los colombianos y el posible destino de muchas de las iniciativas que apenas comienzan a discutirse sin mayor premura.
Hay que tener en cuenta que muchos de los actuales congresistas no volverán al Capitolio, sea porque decidieron no aspirar a ser reelegidos o porque se quemaron en el intento. La renovación en Senado y Cámara fue del 65% y del 68%, respectivamente. Eso implica que, seguramente, los actuales congresistas bajarán el ritmo de su trabajo e incluso dejarán de asistir a las sesiones, como ya lo hemos visto en circunstancias similares, cuando están a punto de despedirse de la curul que ocuparon durante cuatro años.
Además, en su mayoría estarán concentrados en acompañar a los distintos aspirantes a la Presidencia y en participar en reuniones de sus respectivos partidos para definir respaldos a quienes buscan la Casa de Nariño. La apatía y el ausentismo estarán a la orden del día, pese a la dura advertencia enviada por el Consejo de Estado con la sanción en contra de la representante a la Cámara por Caldas Luz Adriana Moreno Marmolejo, quien perdería su curul por ir a la toma de lista, pero no quedarse a votar los debates. Numerosos legisladores que hicieron lo mismo, e incluso otros que tienen por costumbre salirse del recinto cuando empiezan las votaciones tratando de afectar el cuórum, también podrían ser sancionados. Como sea, veremos discusiones menos intensas en los temas de interés nacional y avance más lento en la aprobación de los proyectos.
Y no es que las iniciativas legislativas sean irrelevantes. Por el contrario, en la lista de espera hay asuntos vitales para el futuro del país, unos ligados al proceso de paz con las guerrillas, otros de política económica y sobre reformas necesarias en diferentes ámbitos. Entre ellos hay que contar el proyecto referente al sometimiento a la justicia de las bandas criminales, el cual no alcanzó a tramitarse en diciembre pasado, y que perdió la oportunidad de usar el mecanismo del fast track. Para colmo, son en total 103 los proyectos que quedaron pendientes de la legislatura pasada y que deberán ser tramitados para no tener que archivarlos.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, también debe radicar el proyecto con el que se busca eliminar tres ceros al peso colombiano, que el Gobierno Nacional considera de impacto positivo para la economía. Otra iniciativa que irá a debate es la que transforma a Coldeportes en Ministerio del Deporte, la cual no alcanzará a ser debatida por más acelerador que le pongan. Lo cierto del caso es que con el nuevo alinderamiento de fuerzas políticas en el parlamento y el indiscutible retroceso del Gobierno Nacional en sus apoyos legislativos, es muy posible que no se apruebe nada de importancia, y se corre el riesgo de que asuntos vitales como las 16 circunscripciones especiales para las víctimas del conflicto armado o la reforma rural integral se queden solo en proyectos.
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