Planear el territorio es un asunto que tiene que ver con cada uno de los que habitamos en ese espacio llamado municipio. Sin embargo, hacerlo bien es tan difícil que la discusión se torna técnica, cargada de datos complejos y de esta manera se aparta al ciudadano, a ese que al final se carga o beneficia con las decisiones que se tomen en ese sentido.
Manizales discute un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y a destiempo. En el 2015 el entonces alcalde, Jorge Eduardo Rojas, llevó un proyecto para lograr la aprobación del Plan, pero fue hundido por las mayorías que hoy apoyan al mandatario, José Octavio Cardona, con el argumento de que era tan importante que debía dejarse esta decisión al siguiente Gobierno para que tomara las decisiones de fondo, en lugar de quedar amarrado por su antecesor. Desde entonces ha pasado año y medio y por fin un nuevo proyecto llega al Concejo, que debe estudiarlo, discutirlo y aprobarlo en los próximos meses.
Para llenarse de elementos que le permitan tomar la mejor decisión, el Concejo ha previsto realizar un cabildo abierto la próxima semana para escuchar a ciudadanos, a gremios, a instituciones que sientan la necesidad de aportar a un mejor documento. A todos nos interesa lo que allí se decida, pues se determina la vocación de la ciudad y define los usos del suelo, incluidas zonas de expansión. Lo primero nos permite, por ejemplo, definir prioridades, si primará lo ambiental o lo minero, si es la educación o es el turismo, a sabiendas de que no hay presupuesto para apuntarle a la multivocación. Lo segundo, porque se puede limitar la propiedad, o se puede favorecer según la decisión que se tome.
Decisiones clave que se encuentran en el documento en discusión están en torno a si la ciudad debe expandirse y hacia dónde o si será mejor densificar. Si es importante seguir creciendo en vías o si en realidad se apuesta por el servicio público de transporte y la bicicleta, si se acepta que las laderas se deben tener en cuenta como espacios recreativos o verdes. Se decidirá sobre cuáles son las nuevas centralidades y sobre el futuro de lo rural. Porque al final, toda decisión que se tome en este POT va a afectar, para bien o para mal, a los habitantes o el futuro de algunos predios. Por esta razón es importante que todos estemos enterados y se pueda conocer a fondo cada decisión.
Al final, si Manizales se está jugando su futuro por ser una ciudad que se preocupa por una calidad de vida para todos, se espera que las decisiones del POT lleven a que se privilegie al ser humano, que se tenga en cuenta a este en cada decisión, porque se puede correr el riesgo de quedarse en lo técnico, de sembrar en el papel normas muy importantes y estrictas, pero que se alejan de la realidad. Qué bueno fuera que se conversara con los municipios vecinos de cara a empezar a planear el territorio del área metropolitana.
Si bien se trata de hacer un Plan que organice el territorio, no puede olvidarse que la planeación llegó después de la ciudad. Por tanto, también se tienen que entender ciertas realidades y si han de tomarse decisiones de hondo calado en cambios, pues que se den los tiempos o las herramientas para que se cumplan, afectando lo menos posible los derechos adquiridos de los ciudadanos, que no pueden alegarse para perpetuar irregularidades, pero que deben entenderse para dar tiempo y oportunidad a la adaptación. Toda esta complejidad tienen en sus manos los concejales. Ellos toman la decisión, pero es perentorio que les demos herramientas para que así sea.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015