Por fin, el Área Metropolitana

Desde hace varias décadas se habla en Caldas de la posibilidad de convertir a los cinco municipios del Centro Sur en una gran Área Metropolitana, que pueda planificar su desarrollo conjunto y tengan de esta manera mayores posibilidades de crecimiento armónico y progreso social, para asegurar una calidad de vida en mejora constante. Todo parece indicar que ahora, después de muchos esfuerzos, este anhelo podrá convertirse en realidad, gracias a la voluntad política de los alcaldes y del gobernador de Caldas, quienes ya tienen trazado un proyecto que en próximos días podrá ser entregado a la Registraduría Nacional del Estado Civil, con el propósito de que tras una divulgación suficiente de la idea, los ciudadanos puedan salir a votar a favor de la iniciativa.
Los habitantes de Chinchiná, Palestina, Villamaría, Neira y Manizales deberán recibir claras explicaciones acerca de las implicaciones de pertenecer a un Área Metropolitana, conocer sobre los casos ya establecidos en el país como Medellín y el Valle de Aburrá, Bucaramanga y sus alrededores, y la de los municipios de Pereira, Dosquebradas y La Virginia, en Risaralda. Así podrán sacar conclusiones acerca de la conveniencia de apoyar la idea, que desde nuestro punto de vista es bastante positiva, por la posibilidad de unir fuerzas hacia propósitos comunes, y por las opciones que se abren para trabajar en grandes proyectos de impacto regional.
El procedimiento establecido en la Ley 1625 del 2013, que reglamenta todo lo relacionado con las Áreas Metropolitanas, pareciera solo necesitar de voluntad política de las autoridades civiles de los municipios involucrados, un buen sustento jurídico, una divulgación suficiente y motivar a los habitantes de la región para que refrenden una iniciativa que, hoy por hoy, ya perdió muchas prevenciones y mitos infundados acerca de que la ciudad capital pierde autonomía o que, por el contrario, los municipios distintos a la capital se perjudican por el manejo centralista. La norma cuenta con reglas claras que impiden que ocurra algo en los sentidos anotados, y brinda herramientas para trabajar en equipo y hacer que las regiones se vuelvan referentes nacionales positivos.
Ya los actuales mandatarios han tenido la oportunidad de estudiar a fondo todas las posibilidades de contar con un Área Metropolitana, y solo se requieren formalismos legales para que se dé el paso definitivo. Además, sería una torpeza que por no asumir el desafío que nos ofrece la historia, dejemos que un municipio como Chinchiná termine yéndose a fortalecer el Área Metropolitana de Pereira, y que los otros cuatro municipios del Centro Sur queden en desventaja y amarrados a la imposibilidad de trabajar en equipo por el desarrollo de todos. 
En el escenario de la nueva Región Administrativa de Planificación (RAP) del Eje Cafetero es clave lo que pueda hacerse en materia de integración no solo entre los departamentos, sino entre los mismos municipios que los conforman. Si se trata de avanzar en las relaciones con las demás capitales y municipios que hacen parte de la conurbación que va desde Manizales hasta Armenia, lo ideal es que desde Caldas podamos establecer esos diálogos como Área Metropolitana, lo que tendrá sin duda más peso a la hora de las decisiones en el interior de la RAP.

Si nos ponemos de acuerdo, por ejemplo, en la conformación de un solo sistema de transporte público metropolitano, si trazamos políticas que integren nuestros servicios públicos domiciliarios, si trabajamos en equipo en la conservación de nuestra riqueza ambiental y lucha contra la contaminación de las fuentes hídricas, y además creamos unidos un sólido producto turístico, las posibilidades de desarrollo y crecimiento se van a multiplicar y veremos grandes beneficios en el mediano y largo plazo.