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Nos han echado muchas flores a los manizaleños porque nuestra ciudad ha sido por mucho tiempo el mejor vividero de Colombia, y nos hemos sentido muy orgullosos por ello. No obstante, en el reciente informe de la Red Cómo Vamos, correspondiente a la Encuesta de Percepción Ciudadana Comparada, perdimos puntos frente a Barranquilla, al punto que en el ponderado general ocupamos el tercer puesto, superados por la capital del Atlántico y Medellín. Por eso el gran reto que tenemos ahora es atacar los aspectos que nos están llevando a tener notas negativas y reforzar todo aquello en lo que seguimos siendo líderes.
Desde que se hacen estas mediciones en Manizales hemos estado a la vanguardia en satisfacción y orgullo de los habitantes con la ciudad, y solo hasta el año pasado esos sentimientos cedieron, en términos generales. Hoy, por ejemplo, los barranquilleros se sienten más orgullosos de su ciudad que nosotros con Manizales. También hay mayor satisfacción en esta capital de la Costa Atlántica frente a la educación, la salud, la oferta cultural, el servicio de aseo y la imagen favorable del alcalde. Y, frente a Medellín, también nos quedamos atrás en situación económica de los hogares, servicio de energía, parques y zonas verdes.
En el caso de Barranquilla todo indica que el crecimiento que se viene dando en proyectos de inversión nacional e internacional, con la generación de cerca de 3 mil empleos formales, así como el crecimiento comercial vienen impactando positivamente en la expansión de la clase media, en el incremento de los ingresos de los hogares y en la confianza de la gente en el futuro de su ciudad. El fenómeno de Medellín es parecido, con un ambiente muy favorable frente a lo que está ocurriendo en diversos aspectos de la cotidianidad de la ciudad. 
En Manizales, por el contrario, los indicadores duros van en descenso, y eso no pasa desapercibido para los ciudadanos. Desde el año pasado se están viendo cifras de crecimiento de la pobreza y del desempleo, lo que genera ánimos negativos alrededor de lo que ocurre en la ciudad. Por eso es que deben hacerse nuevos esfuerzos que garanticen no solo el regreso a la senda positiva y optimista que traía, sino que tome ventaja en todos los aspectos calificados frente a las demás capitales de la Red Cómo Vamos. De no hacerlo, Manizales también podría perder la cabeza en el Índice de Progreso Social (IPS), que reconfirma que tenemos el mejor vividero de Colombia, pero es innegable que estamos en riesgo de perder tal atributo.
Seguimos estando al frente acerca de la satisfacción de la gente como un lugar para vivir, lo mismo que sobre los medios de transporte utilizados y la cantidad de tiempo gastado en los desplazamientos urbanos. También nos vemos como la ciudad más segura del país, la que tiene el mejor espacio público y la que está más satisfecha con la gestión ambiental que se realiza. No obstante, si hacemos autocrítica, es aún mucho lo que falta para ser realmente un vividero excelente y consolidado en beneficios para los ciudadanos.

La imagen favorable del Alcalde está en el 54% (frente al 90% de Barranquilla, por ejemplo), lo que no es muy positivo. También estamos rezagados en el servicio de salud que se ofrece, la situación económica se percibe negativa frente al 2015, la educación para niños y jóvenes entre los 5 y los 17 años como para los universitarios se aprecia con falencias, aunque persisten las calificaciones positivas. Siendo el sector educativo un aspecto estratégico para la región, y pretendiendo sobresalir por la calidad educativa a la que tienen acceso los estudiantes caldenses, es clave no dejar caer el sector y, por el contrario, fortalecerlo decididamente. Hay mucho trabajo por hacer.