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Hace un año, los tres gobernadores del Eje Cafetero, Carlos Osorio (Quindío), Sigifredo Salazar (Risaralda) y Guido Echeverri (Caldas), reclamaron la posibilidad de que los excedentes de la concesión Autopistas del Café, que estará en la región hasta el 2027, se invirtieran en obras viales de beneficio general para la región. Incluso hablaron de sacar adelante la que denominan Transversal Cafetera, que viene desde La Paila (Valle), pasa por Armenia-Pereira-Manizales y va hasta Mariquita (Tolima), y que se convertiría en alternativa a la conexión Bogotá-Buenaventura por La Línea.
No obstante, después de diálogos con los directivos de la concesión acordaron acometer obras en algunos sectores entre Armenia y Manizales que requieren mejoras para dar agilidad en los desplazamientos, y que corresponden a costos aproximados a los $100 mil millones que el Gobierno Nacional se comprometió a entregar a la región, provenientes del 50% de esos excedentes (el otro 50% es para Autopistas del Café). El Otrosí firmado recientemente con la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) contempla un par vial de un kilómetro de doble calzada entre Chinchiná y Santa Rosa de Cabal, además de la intersección en El Jazmín. También el puente en el sector de Postobón, en Dosquebradas (Risaralda), y otras obras pequeñas y estudios y diseños para obras futuras en el Quindío.
En el pasado hubo muchas interrupciones y polémicas alrededor de los trabajos ejecutados por el concesionario, que hace parte del Grupo Odinsa. Esperamos que en esta ocasión más temprano que tarde se comiencen a ver las obras planeadas y que cada vez tome más forma la doble calzada entre las tres capitales del Eje Cafetero. El compromiso es tener esas ejecuciones en dos años, ojalá se cumpla. Vemos en la actual gerencia de Autopistas la voluntad para avanzar en las construcciones y el interés por dejar en el pasado las disputas que han caracterizado el desarrollo de la concesión. Concretar pronto esos trabajos hará que se tenga un mayor optimismo acerca de las posibilidades de desarrollo regional.
Para Caldas lo fundamental para el futuro sería asegurar una mejora sustancial de la carretera entre Manizales y Mariquita, y acercar así el centro del departamento con el puerto de La Dorada, y acortar el tiempo de desplazamiento a Bogotá. Sería importante que en la reunión que se tendrá con el presidente Iván Duque esta semana surjan claridades alrededor de este asunto. Así mismo, si se tiene en cuenta que cada año, de ahora en adelante, los excedentes financieros de la concesión pueden estar por encima de los $12 mil millones, gradualmente se irá teniendo una buena cantidad de recursos para ejecutar otras obras necesarias en la región, como completar la conexión en doble calzada desde Chinchiná a Santa Rosa.
Adicionalmente, teniendo en cuenta los otros desarrollos viales que se vienen construyendo en la región, resulta clave la consecución de recursos para mejorar la conexión de las obras de Autopistas del Café con las ejecutadas por otras concesiones como Pacífico III. En este sentido, por ejemplo, ampliar la vía entre La Manuela y el Club Campestre, y entre La Manuela y La Trinidad, es vital. 

Lo primero, sin embargo, tendrá que ser el desarrollo de la Transversal Cafetera desde Manizales hacia Fresno y Mariquita, con las especificaciones correspondientes a una vía que apunte a incidir de manera directa a la competitividad regional y del país. Más adelante habrá que hacer la doble calzada en la variante La Romelia-El Pollo (en Risaralda), y completar la doble calzada Cartago-La Paila (en el Valle), para que Manizales también esté más cerca de Buenaventura, en el Océano Pacífico.