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El presupuesto que presentó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Congreso de ese país el pasado martes tiene un fuerte apretón, tal como lo había anunciado en su campaña electoral. Colombia es damnificada en esta decisión, pues era difícil que ante una rebaja propuesta del 35 por ciento, saliera indemne. Sin embargo, no salió tan mal librada como pudo haber sido. Si bien será un golpe fuerte en un momento en que nuestra economía está resentida, igual seguirá obteniendo recursos y aún queda la esperanza de que el Congreso modifique las partidas y se pueda arañar otra parte del presupuesto general, gracias al apoyo de congresistas que saben de las necesidades de nuestro país.
De aprobarse el proyecto como fue presentado por el Ejecutivo, Colombia recibiría de Estados Unidos 251,4 millones de dólares, los cuales, como es acostumbrado se destinan a la guerra contra las drogas y a algunos programas de desarrollo social y, ahora, de postconflicto. Se trata de dineros administrados por el Departamento de Estado de ese país. En el encuentro que tuvieron en días pasados Trump y Juan Manuel Santos, el primero llamó la atención sobre el crecimiento de los cultivos ilícitos, por eso se pensó que no tocaría la ayuda para combatir este problema, pero al final en un recorte tan duro como el propuesto parece que no hubo opción. Claro que se debe anotar que para Colombia llegan también dineros directamente destinados a lucha contra el narcotráfico, que se estiman en unos 125 millones de dólares, y para entrenamiento militar, por 38 millones de dólares, y que provienen del departamento de Defensa. 
Colombia recibió este año para los programas apoyados o ejecutados por el Departamento de Estado 391 millones de dólares, en un hecho que celebró el presidente Santos. El Plan Paz que tan bien había apoyado Barack Obama sí sufre una reducción drástica. Es una lástima que se dé justamente en los programas que están encaminados a fortalecer la paz, pues pasa de 187 millones de dólares este año a 105 millones para el próximo, tal como lo prevé el proyecto. Si se apoyó tanto la guerra, lo que espera el país más que golpecitos en la espalda por haber terminado el conflicto armado con la guerrilla más añeja del continente, es que la comunidad internacional ayuden a consolidar ese país de la reconciliación, para el que falta mucho. Porque es una manera de aportar a la región y a la paz mundial.

El ideal, como plantean muchos, es que Colombia no tuviera que recibir ese tipo de ayudas de países extranjeros, pero no hacerlo sería privarse de la posibilidad de obtener recursos que ayuden a hacer inversiones necesarias en un país como el nuestro, que sigue teniendo muchos problemas. Ojalá en el futuro lográramos encontrar la senda de un crecimiento alto y sostenible en la economía, que pudiera dinamizar su balanza de comercio exterior y lograr agregar valor a los productos que exporta, para enfrentar la pobreza y la desigualdad. Mientras tanto, la realidad es que los recursos que llegan por cooperación son bienvenidos y aportan directamente a programas que son necesarios. El respeto a buena parte del presupuesto para nuestro país demuestra que Estados Unidos conoce bien que aquí tiene un aliado y ojalá esto sirva para en el camino mejorar en algo tales partidas.