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Las revelaciones que se han hecho desde la semana pasada en Colombia, luego de la captura de varias personas que habrían formado parte de una operación para llevar cocaína a Europa a través de vuelos chárter, en un caso que ha sido conocido como el narcojet, lo que hacen es recordar que la capacidad corruptora del narcotráfico sigue presente. En este caso en concreto permeó importantes estructuras encargadas de la seguridad aeroportuaria y con acceso a los aeropuertos y los vuelos, otra manera de esquivar los controles que se aplican en estos lugares, de los más custodiados en el mundo. O al menos así nos lo han hecho creer.
Es tan compleja la trama para activar ese plan para sacar droga, desde el avión de lujo contratado a manera de chárter, las conexiones en varios países europeos, la suplantación de autoridades y todo un entramado para burlar los controles, incluido un supuesto perro antinarcóticos, que solo se puede comparar con el seguimiento a través de cámaras y la reconstrucción de hechos para dar con la captura de los responsables, que montaron las autoridades. Se demuestra una vez más es que el ingenio del narcotráfico no se detiene, que cuenta con los recursos para corromper en los más altos niveles y que sigue vivo y aprovechando toda oportunidad para sacar el polvo del país.
La investigación continúa, pues hay piezas del rompecabezas que faltan por atar, como los operadores que le impidieron a un avión de rastreo que partió de la base de Palanquero, en Puerto Salgar, continuar con su viaje con el fin de interceptar al narcojet que apareció en los radares. También está pendiente de saberse qué tantos son los involucrados y hasta dónde llega la responsabilidad de la empresa que operó el vuelo y que contrató los vehículos blindados, entre otras cosas.
La noticia de las detenciones impactó en Pensilvania, en el oriente de Caldas, al enterarse la gente que cuatro miembros de esa comunidad, de familias apreciadas y conocidos por todos, formaban parte de esa banda, entre ellos un alto funcionario del aeropuerto El Dorado. Ahora vendrán las condenas y al tiempo de estas los procesos por extinción de dominio que se desprenden de estas operaciones. Por eso resulta también aleccionador para los jóvenes de poblaciones pequeñas como esta, para que vean que el crimen no paga y que no existe manera de ganar dinero fácilmente. Todo lo contrario. Importante aquí fue la labor de la Policía y de la Fiscalía para dar al traste con los planes de estos delincuentes.

Deja en evidencia esta detallada operación que siguen siendo muchos los puntos vulnerables que tienen los aeropuertos en Colombia. A este operativo se suman los señalamientos en días pasados de vuelos chárter que llegaban a Pereira, sin saberse muy bien a dónde iban, solo anotaban sus pasajeros que a reunirse con mujeres bonitas en una finca. Es decir, que en tiempos en que todo es rastreable y digitalizable no se entiende cómo no haya más información sobre este tipo de aeronaves contratadas por supuestos pasajeros de lujo. Los controles tienen que ser para todos y lo que se espera es un anuncio muy pronto de Aerocivil y de las demás autoridades aeroportuarias de las decisiones que se van a tomar para cerrar el paso a los delincuentes e impedir que esto se repita.