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"Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Estas son las palabras que atribuye el evangelio de Juan a Jesús y es una oración que cobra total vigencia en Colombia con la entrada en funcionamiento de la Comisión de la Verdad, una importante organización que deberá velar por reconstruir la memoria del conflicto armado en el país y para lograr que sobre las verdades se edifique un país más reconciliado. La dirección de este colectivo, en cabeza del sacerdote jesuita Francisco de Roux, es prenda de garantía de que el trabajo se hará en favor de la paz de Colombia y deben levantarse los sesgos que se han creado algunos para señalar al organismo, que apenas empieza a ejercer su función.
El Centro Nacional de Memoria Histórica ha sido pilar de la reconstrucción de buena parte de esas verdades. De acuerdo con la información que recopila, desde 1958 hasta julio pasado, el conflicto dejó en Colombia 262 mil 197 muertos directos, 80 mil 514 desaparecidos, 37 mil 94 secuestrados y 15 mil 687 víctimas de violencia sexual. Ahora le corresponderá a la Comisión de la Verdad ahondar en los vacíos de estos hechos, buscar en muchos casos los porqués de la barbarie y dilucidar las causas de situaciones que siguen esperando ser contadas. Su importancia viene dada por la esperanza de que al saberse el mayor número de verdades se logren sanar muchas heridas y se entiendan razones para aprender de lo sucedido y que estos hechos no se vuelvan a repetir.
Entendemos que el duelo de las víctimas del conflicto es individual, que cada quien asume su dolor de forma diferente, en busca de su paz espiritual. Hay quienes pretenden olvidar, otros logran hacerlo buscando que no haya olvido, pero el que no puede negarse a la verdad es un país, como colectivo. Esta tiene que conocerse en forma integral, porque con seguridad es la mejor manera de construir un futuro cierto. Sociedades lo han logrado en otras latitudes: muestra de ello son Alemania, Sudáfrica y Túnez, entre otras. En donde se dejan las heridas abiertas, en donde se intenta construir desde el olvido general, luego se fracturan los acuerdos y destruye lo poco que se haya logrado.
Por este motivo, creemos en la tarea que pueda cumplir la Comisión de la Verdad porque esta es la mejor manera de empezar a sanar como país y para la mayoría, también es la forma de reparar sus heridas. Son muchos los ejemplos que hemos tenido hasta ahora, desde que comenzó el proceso de Justicia y Paz con los grupos paramilitares, y ahora con el proceso de paz con las Farc, en el que víctimas y victimarios han dado ejemplos de reconciliación por doquier. Necesitará del apoyo del Estado para poder cumplir sus objetivos y ojalá las entidades clave para lograrlo, entiendan lo que se está jugando.

Así mismo, la sociedad civil deberá participar en este proceso de reconstrucción de la verdad para que, entre todos, logremos al final entender mejor lo que pasó para conquistar el objetivo de un país mejor para los que vienen. Porque si saben la verdad, seguramente esta los hará libres.